En este artículo te mostramos cuatro acogedores salones que han sido diseñados con el objetivo de que, una vez acomodado en ellos, no quieras salir de casa en todo el invierno.
¿Qué hay más invernal que un paisaje de montaña nevado? Pocas cosas. Ese es el efecto que se quiere conseguir con este estilo de salón de invierno. La clave está en el material que elijas, tanto para elementos estructurales como paredes, techo y suelo, como para los muebles. Y aquí, la madera es la clave.
Además, por encima de la base ya cálida propia de la madera, le podemos añadir complementos textiles también cálidos, como pueden ser un puf peludo o mantas abrigadas. Así el efecto será irresistible.
Si cuentas con chimenea, es el momento del año para que ella sea la protagonista. Si no tienes chimenea, puedes conseguir el efecto cálido del fuego colocando varias velas alrededor del espacio en las noches.
El estilo escandinavo tiene mucho que enseñarnos sobre salones de invierno. Sin renunciar a la frescura, es posible conseguir un interiorismo cálido y acogedor para el invierno. La clave está en saber jugar con la versatilidad del blanco como fondo.
En verano, si la decoración tiende a los colores azulados, el blanco resulta con frescura y vitalidad. En invierno, en cambio, si lo combinamos con detalles más cálidos, hace de perfecta base para un salón acogedor. Además, sobre todo en invierno, es conveniente no perder ni un centímetro de luz y el blanco absorbe cualquier rayo que entre en tu salón.
Si lo mezclas con toques de madera, como estas mesas auxiliares o la mesa de centro, obtendrás todavía más calidez. Para los complementos, no olvides las telas abrigadas, una buena alfombra y cojines.
El invierno es una época muy gris de forma natural. Si quieres sumarle color y alegría a tu casa en este momento del año, este estilo es para ti. En las paredes, en los muebles y en los detalles, el color puede darle una nueva vida a tu salón que te sorprenderá y que aportará a tu hogar ese punto diferencial tan buscado.
Utiliza para los tejidos estampados tipo tartán, atrévete con una alfombra colorida o tapiza de un buen color pastel tu butaca de la hora de lectura. Y los cojines del sofá son el detalle final para darle calor y textura furry a tu diseño.
Si tienes la suerte de que en tu casa hay un elemento extraordinario, como es una pared de piedra antigua, tienes ya mucho ganado. Pero las decisiones que tomes serán cruciales para lograr compensar bien el peso visual de la piedra.
Para aligerar la vista, el resto de las paredes, techo y, a poder ser, suelo deberían ser de un color claro y neutro, como un blanco roto. Si en el techo hay vigas, puedes dejarlas de color madera para darle un toque más cálido, o pintarlas de blanco si lo que buscas es dejarle todo el protagonismo a la piedra.
La chimenea es también central en un diseño como este, además de complementos en texturas orgánicas, como una alfombra de esparto. Para el mobiliario, algo contemporáneo le dará a tu salón el toque urbano necesario, sin por ello perder el carácter rústico de todo el diseño.