A nivel estético cada cual tiene sus gustos. Podrás elegir un color de muebles o un material que siga más o menos las tendencias, pero lo que es fundamental es que la cocina sea, ante todo, funcional. Allí pasas gran parte del tiempo cocinando y, en ocasiones, es el epicentro de las reuniones improvisadas con amigos. Así que, sea de mayor o menor tamaño, hay unos tips que deben cumplir para ser lo más afines posibles a tus necesidades.
En tu cocina debes tener suficiente espacio para almacenar todos los utensilios y los alimentos. Unos elementos que deberás organizar de manera que, lo que más uses, lo tengas más a mano, mientras que aquello que solo usas en ocasiones contadas, es preferible situarlo en lugares menos accesibles.
De igual modo es importante almacenar todos los utensilios de una misma categoría agrupados, para no tener que ir rebuscando por los armarios cada vez que busques algo. De esta forma, coloca todas las sartenes juntas, agrupa las ollas, apila los platos por tamaños y usa un armario para situar todos los vasos juntos.
El espacio de trabajo debe ser fluido y sin interrupciones. La mejor forma de distribuir la cocina es creando un triángulo de trabajo, formado por la zona de almacenamiento, la zona de agua y la de cocción. Por muy grande que sea tu cocina, entre estas tres zonas no debe haber mucho espacio y su acceso a ellas no debe contener obstáculos.
El triángulo formado por esas tres zonas será tu zona de trabajo de la cocina y deberás poder moverte con libertad por él. Es un triángulo imaginario, pero que ayuda mucho a distribuir los elementos de la cocina como es debido y hacerla mucho más práctica.
La cocina es un espacio de trabajo. Aquí no va uno a relajarse. Así que su iluminación debe ser adecuada para que puedas realizar todas las tareas de modo adecuado. Es imprescindible una buena luz general, pero también es bueno que coloques algunos puntos de iluminación más concretos. Por ejemplo, debajo de los armarios.
Por suerte, la funcionalidad de las cocinas actuales es mucho más fácil que en épocas anteriores. Hoy en día hay armarios que te facilitan la vida sin gran esfuerzo. Son armarios extraíbles que te permiten localizar lo que buscas sin tener que rebuscar y rebuscar entre tus utensilios. O te permiten girar la estantería para encontrar lo que necesitas de un solo toque.
No olvides buscar electrodomésticos que sean eficientes y consuman menos energía. Actualmente, hay algunos modelos que además son inteligentes. Tanto, que ellos solitos te hacen la lista de la compra o te dejan ver su interior sin que abras sus puertas. Ellos mismos cogen el detergente que necesitan o finalizan la colada a la hora en la que entras por la puerta. Todo para hacerte la vida mucho más fácil.
Aunque tu cocina sea pequeña, no por ello tiene que dejar de ser funcional. Como uno de sus problemas posiblemente sea la falta de espacio de almacenamiento, aprovecha la altura de los techos y haz que los armarios lleguen hasta arriba. Eso sí, en la parte alta, procura guardar aquellos utensilios que menos usas o utiliza una pequeña escalera para poder acceder a ellos.
Otra forma de conseguir un poco más de amplitud en una cocina de escasos metros, aunque solo sea de forma visual, es panelando todos los electrodomésticos para conseguir que éstos pasen desapercibidos, creando una imagen más equilibrada y homogénea en toda la cocina.
También es buena idea, si cuentas con suficiente almacenaje, prescindir de los armarios superiores y sustituirlos por baldas, que resultarán mucho más ligeras a la vista, consiguiendo así que el espacio parezca mucho más grande de lo que es en realidad.