Si la habitación ha de ser compartida por un bebé y por un hermano mayor, esta cama tipi es lo suficientemente versátil para encajar. Elíjela del mismo tono que la cuna y compleméntala con muebles a tono. Añade pinceladas de color con la ropa de cama, alguna silla de la misma tonalidad y las paredes a juego. El blanco y los tonos beige son perfectos para relajar y que los hermanos duerman plácidamente durante toda la noche.
Si prefieres una habitación más alegre, pinta las paredes de un color llamativo. Aunque suave, para evitar que los pequeños se estresen demasiado. Un lila o malva, por ejemplo, puede ser perfecto.
En esta ocasión, combínalo con una cama tipi en color madera natural y compleméntala con muebles del mismo tono. No olvides situar unas estanterías bajas para que el pequeño tenga sus libros y juguetes a mano. Es fundamental si quieres aplicar el método Montessori en su habitación.
Si quieres ser algo más atrevido, puedes combinar la misma cama tipi en tono de madera natural con una pared de dos colores. Divide la pared y pinta la parte baja, a modo de moldura, de un tono suave. Mientras que en la parte superior arriésgate con un color más estridente. Eso servirá para delimitar la altura del niño y situar allí sus cosas, para que las tenga a mano y pueda ser autosuficiente.
Por ejemplo, sitúa unos cuadros inspiradores cerca de su cama y a la altura de sus ojos, para que cada día pueda aprender alguna cosa nueva. Y no olvides situar una alfombra cerca de la cama. A los niños les encanta jugar en el suelo.
Aunque su estructura pueda parecerte que ocupa más que una cama normal, nada más lejos de la realidad. Su tamaño es el mismo, lo único que este tipo de camas tipi juega con la altura. Perfecto si la habitación es pequeña, ya que hará percibir el espacio de forma vertical, aportando más sensación de espacio.
Sitúa junto a ella una pequeña cómoda donde guardar su ropa y pon en el suelo varias alfombras donde pueda jugar. Aporta color con las paredes de tonos suaves y conseguirás una habitación coqueta, aunque su tamaño sea mínimo.
Si por el contrario la habitación de tu hijo es de un tamaño considerable, mejor para él. Tendrá más espacio para jugar. Sitúa la cama tipi en una esquina, los muebles en otra, junto a sus juguetes. Y deja el espacio despejado para que juegue a sus anchas. No olvides una bonita alfombra. Puedes darle color a la estancia con ella, a juego con una bonita lámpara y, porqué no, con un papel pintado que incluya ese mismo color.
Como en esta habitación, donde un papel pintado de topos muy divertido, combina a la perfección con una alfombra rosa, una lámpara a juego y unas cortinas a tono. La cama, mejor que sea blanca, al igual que los muebles de la habitación para no saturar de colores, si el papel de la pared es muy llamativo.
Para dar una sensación de equilibrio, puedes jugar con la altura de la cama para colocar los cuadros y estanterías a la misma distancia del suelo. Quizás sea imperceptible para las visitas, pero destilará esa armonía y un equilibrio, tan necesarios en una habitación infantil.