La primera de las zonas es un pequeño estudio de trabajo en la que se han incorporado un par de mesas funcionales, de diseño minimalista y líneas rectas, que destacan por unas patas en forma de X de color blanco sobre el que se apoya un tablón de madera de color roble. Unas mesas muy versátiles que pueden transformarse en una amplia mesa de comedor, cuando los propietarios así lo necesiten.
Para dar un poco de color al minimalismo de las mesas, éstas se acompañan de un par de sillas, tapizadas en verde botella, con patas de abedul.
La zona de trabajo se sitúa cerca de la única ventana del espacio, para aprovechar al máximo la luz solar que entra por ella. Bajo ella, se ha situado una pequeña estantería modular baja, que hace las veces de mesita supletoria donde colocar la impresora, por ejemplo.
A ambos lados de las mesas y aprovechando la arquitectura del espacio, también se han añadido estanterías de suelo a techo, perfectas para guardar libros o exhibir objetos decorativos.
Dado que el techo del estudio es aboardillado, en la zona más baja se ha aprovechado el espacio con un pequeño rincón de lectura. Con una bonita mecedora de madera con tapizado en lino beige, una pequeña mesita auxiliar y una preciosa lámpara de pie a juego, así como un pequeño mueble modular, perfecto para almacenar.
La zona se ha delimitado con una alfombra circular de yute trenzado, a juego con una cesta que hace las veces de macetero decorativo de una preciosa planta que le da color a este rincón.
Una pequeña estantería en la pared sirve para colocar algunos de los libros de este espacio tan especial.
Siguiendo el mismo estilo nórdico, con tonos claros y materiales naturales, en la sala de estar se ha incorporado un sofá de tres plazas de lino blanco y una mesa de centro con diseño similar a la del estudio, con patas metálicas en blanco y tablón superior de madera. Esta pequeña mesa de centro es elevable en altura e incorpora un pequeño cajón portaobjetos, perfecto para obtener algo más de almacenaje.
Aprovechando también la parte baja de la buhardilla, se ha colocado un mueble modular bajo, igual al del rincón de lectura. Y otro más en el lateral, para tener todo el almacenamiento posible y, al tiempo dar cohesión a los tres espacios.
En las paredes se han colgado bonitos cuadros con láminas de tonos tierra, así como un espejo circular con marco de fibra natural.
Completan la zona de la sala de estar otros elementos decorativos y funcionales, como una bonita alfombra de algodón estampada en tonos beige, que vuelve a delimitar el espacio; un práctico puff circular, que añade más asientos al lugar; bonitos apliques de teca con pantalla blanca, para conseguir una luz cálida; así como más plantas y otros elementos decorativos que aportan ese toque rústico y natural que hacen de este estudio un lugar acogedor y muy práctico.