La estancia -en la que conviven dormitorio, vestidor y baño- es de planta rectangular y está iluminada por un gran ventanal que baña de luz natural todo el espacio. Los suelos son de madera de roble, con vetas y nudos visibles que aportan muchísima calidez.
La zona de vestidor está equipada con un gran armario empotrado lacado en blanco que llena toda la pared frente a la zona de cama y que garantiza que los propietarios de este bonito y cómodo dormitorio tengan el suficiente espacio de almacenaje.
Un mueble estratégicamente colocado es capaz de establecer una división visual entre varias zonas de una misma estancia sin entorpecer la vista ni el paso. Fíjate en cómo se ha hecho: se ha colocado un tocador en ángulo en el baño que, además de servir de punto de apoyo para ambas zonas -lavabo y dormitorio- sirve para establecer una división visual sin levantar un tabique.
Al hacerlo así se consiguen dos cosas: la luz natural que entra por el ventanal puede llegar hasta la zona de tocador y, a la vez, conseguir sensación de intimidad. ¡Copia la idea!
La zona del dormitorio queda delimitada por una súper alfombra que da cobijo a todo el mobiliario por completo. Se ha optado por una pieza en tejido plano: se trata de alfombra sin pelo que, generalmente, se confeccionan con fibras naturales o materiales reciclados. Al no tener pelo, son visualmente ligeras y, además, muy fáciles de mantener.
Para este proyecto se ha escogido un modelo de gran formato (200 x 290 cm) decorada con motivos geométricos en blanco y crema, siguiendo el esquema de color utilizado en toda la estancia.
Lo hecho a mano siempre es único, y así es cómo se ha trenzado el frontal de ratán del precioso cabecero que enmarca la cama y que es el protagonista indiscutible de la zona de descanso. La estructura es de madera maciza de mindi combinada con ratán trenzado en cannage (rejilla). El ratán también está presente en los dos apliques colocados a los lados de la cama, que realzan el efecto natural del cabecero.
Otros materiales naturales, como el lino en las cortinas, el jacinto de agua del cesto y la madera de los accesorios, sumado a los colores neutros y los motivos vegetales de los cuadros en la pared del cabecero contribuyen a crear un ambiente sosegado y una atmósfera calmada.
El conjunto se completa con dos mesitas de noche con la estructura en madera de roble y los frontales lacados en blanco. Se trata de piezas de líneas rectas, sencillas, depuradas: esto las hace atemporales y muy fáciles de introducir en dormitorios de cualquier estilo.
