Contábamos con un espacio de planta rectangular iluminado por un gran ventanal que permite que la luz natural bañe toda la estancia. Los suelos son de madera oscura -lo que aporta muchísima calidez al dormitorio- y las paredes están pintadas de blanco. Empezamos a trabajar, por tanto, en un espacio neutro en el que el objetivo es amueblar y decorar la zona de descanso para que transmita sensación de serenidad e invite a un sueño reparador.
La pared en la que se apoya el cabecero de cama se ha pintado en azul, un color que tiene el poder de crear una atmósfera tranquila que invita a la relajación. La psicología del color asocia al azul un sinfín de calificativos con connotaciones positivas como la serenidad, la calma, la seguridad y un largo etcétera.
Siendo así, el azul se ha convertido en un aliado perfecto con el que vestir la zona de cama y con el que crear un rincón que invite al recogimiento, al descanso y que ayude a potenciar la sensación de bienestar en la estancia.
El protagonista indiscutible de este dormitorio es el cabecero de cama. Se trata de una pieza realizada íntegramente en ratán en acabado natural que resulta visualmente muy ligero. Sobre él se han colgado dos cuadros de gran formato con el marco en madera de color natural y motivos vegetales.
Con el objetivo de no recargar el ambiente, se ha prescindido de una de las mesitas de noche: en uno de los lados de la cama se ha colocado un pequeño estante de madera natural de forma triangular que sirve de punto de apoyo y que permite desplazar la cama hacia la ventana. Al hacerlo, se gana un espacio que permite introducir, además de una amplia mesita de noche, una cajonera con un gran espacio de almacenaje.
Son dos muebles que pertenecen a la misma colección y que combinan un cuerpo lacado en blanco con los frentes de los cajones en chapa de fresno natural. Ambos se apoyan sobre unas patas metálicas que los levantan y que permiten tener un mueble con una gran capacidad de almacenaje pero poco peso visual.
Las fibras naturales y la madera son, también, los materiales escogidos para las luminarias. Se han introducido un total de tres: en el centro de la zona de cama se ha colocado una bonita lámpara colgante con una doble pantalla realizada en bambú de manera artesanal. Ofrece una luz cálida, acogedora y homogénea que se completa con dos luminarias de luz dirigida.
La primera, también es una lámpara colgante suspendida sobre el estante de apoyo de uno de los lados de la cama. Es una pieza muy bonita realizada en madera de pino con pátina de acabado blanqueado, lo que refuerza su aspecto natural. La otra, es una aplique de pared realizado con ratán y colocado sobre la mesita de noche.