Si quieres ver un ejemplo de cómo queda esta sencilla idea e inspirarte para hacer lo mismo en tu casa, echa un vistazo a este proyecto de Livitum, diseñado por Samanta Fernández, en el que un precioso salón comedor se combina para crear un ambiente sereno, cálido y funcional a partes iguales.
La estantería en cuestión no es ni mucho menos el punto focal de la estancia, pero sí el elemento que separa ambos espacios, al tiempo que los cohesiona.
En el caso del salón, la estantería abierta, de madera maciza de teca reciclada, se encuentra junto al sofá. Es un elemento clave de esta zona, ya que sirve de almacenaje para elementos decorativos y libros, que probablemente leerás en el sofá.
La zona de descanso está delimitada por una bonita y cálida alfombra de textura tejida, igual a la situada en la zona del comedor para delimitar la zona de la mesa.
En la sala de estar el protagonista es el sofá en tono crema, de diseño actual y líneas rectas, perfecto para el descanso de cuatro personas. Un sofá rematado con algunos cojines del mismo tono neutro, en liso o con rayas. Una paleta de colores que se repite en todo la habitación, en la que los tonos tierra y los grises suaves se alzan como imprescindibles.
Para conjuntar esta zona de descanso con la estantería que actúa de separador, se ha optado por una bonita mesa de centro de roble oscuro y una pequeña mesa auxiliar circular que, aunque con la parte superior en blanco, cuenta con las patas también en madera.
Frente al sofá se ha pensado en un práctico mueble bajo, que cuenta con bastante zona de almacenaje, cuya característica principal es la combinación de madera blanca con madera de tono muy claro. Un aspecto que ayuda a dar sensación de amplitud y que combina con la tonalidad del suelo y el panel de listones de madera que se ha colgado en su parte posterior, para decorar ligeramente la pared.
En la otra zona, la del comedor, se sigue la misma paleta de colores que en el salón. La estantería es el punto separador de ambos espacios y también la guía para elegir una consola de tres puertas de chapa de roble con acabado natural, que aporta mucho almacenaje a esta zona. Un mueble que se ha colocado bajo una ventana, acompañado de una luz de sobremesa y algún elemento decorativo.
Pero sin duda, aquí el protagonismo se lo lleva una bonita mesa de madera clara, con patas de metal en negro, de aspecto muy robusto, que se ha combinado con sillas tapizadas con un matiz grisáceo, también con las patas en negro.
Esta zona, al igual que ocurre en el salón, se ha delimitado con una alfombra idéntica a la de la zona aledaña, conjuntando así ambas zonas con el mismo estilo.
Sobre la mesa se ha colocado una lámpara con tres colgantes con pantallas de fibras naturales, que les aporta mucha luz a los comensales, así como un toque de naturalidad y calidez.
Esta zona se remata con un espejo de ventana con marco de metal en negro, que ayuda a reflejar la luz que entra por las múltiples ventanas de la estancia, y que está acompañada de una preciosa planta, que da un toque de color al rincón, junto con la otra planta situada en la zona de salón.
El resultado es un salón comedor de estilo nórdico muy cálido y acogedor que resulta sencillo, limpio y minimalista. Donde ciertos elementos cohesionan ambos espacios por sus similitudes, como la elección de los colores e incluso por el contar con elementos iguales, pero que al tiempo resultan diferentes y únicos, gracias a objetos que los separan, como la estantería abierta de teca reciclada.
