¡Inspo! Puertas correderas: grandes aliadas del interiorismo

Las puertas correderas son unas grandes aliadas del interiorismo. Con ellas puedes separar espacios a tu antojo, consiguiendo que la zona sea versátil, al cambiar su configuración, ya estén las puertas abiertas o cerradas. Ocupan mucho menos espacio que una puerta tradicional y muchas de ellas decoran por sí solas una pared. ¿Necesitas alguna cualidad más para convencerte de que pongas una puerta corredera en tu hogar? Te damos ideas para inspirarte.
Publicado por Marta Parareda · 4 de marzo de 2024
¡Inspo! Puertas correderas: grandes aliadas del interiorismo

Puerta moderna de cristal y metal

Una buena idea para integrar una puerta corredera moderna en un espacio es hacerla de las mismas características que las ventanas o balcones. Mira este ejemplo, donde una preciosa ventana de metal en negro, con enormes cristales cuarteados, es el modelo a seguir de una preciosa puerta corredera que separa dos ambientes, también en metal negro y cristal.

El resultado es un espacio muy moderno y muy funcional. Al tratarse de una puerta de cristal, aunque sea un poco opaca, también permite una gran entrada de luz de una estancia  a otra, consiguiendo así una mayor sensación de amplitud.

Puerta de inspiración japonesa en tu baño

Los japoneses saben mucho de eso de aprovechar al máximo la falta de espacio. Sus casas suelen ser tan pequeñas que cada centímetro es útil. Por ello, usan mucho las puertas correderas, ya que permiten dar privacidad a las estancias, sin ocupar muchos metros. 

No descartes una puerta corredera de inspiración japonesa para separar, por ejemplo, el baño de tu dormitorio. Le otorgará a las estancias mucha calidez, ya que su fabricación con madera y papel las hace muy acogedoras, al tiempo que resultan muy ligeras. Con esta combinación conseguirás que tu baño en suite resulte como un auténtico spa.

Total White para separar cocina del salón

Una puerta corredera para separar la cocina del salón es casi esencial, si eres un auténtico cocinillas. Cuando la cocina esté recogida, puedes tener las puertas abiertas para crear un único espacio, pero cuando estés cocinando alguno de tus estofados, será mejor que cierres la puerta corredera si no quieres que todos los olores impregnen la casa, por muy potente que sea tu extractor de humos.

Lo mejor es integrar la puerta corredera a la decoración. Que no resalte excesivamente. Hacer como en este ejemplo, donde la puerta en blanco se fusiona con ambos espacios decorados en un total White. 

Puertas de suelo a techo

En ocasiones, unas bonitas puertas correderas pueden convertirse en el punto focal de una estancia. Ellas solas, por sí mismas, pueden decorar toda una pared y ser la atracción de todas las miradas. Puedes conseguir ese efecto instalando unas enormes puertas de suelo a techo que ocupen toda la pared. De manera que, tanto si están abiertas, como si están cerradas, conseguirán decorar el espacio y llamar la atención.

Puerta tradicional

Tampoco es necesario que las puertas correderas sean diferentes al resto de las puertas de tu hogar. A veces, es mejor usar el mismo estilo de puerta, aunque usándola como corredera para aligerar el espacio. Cualquier puerta tradicional puede convertirse en corredera. Solo has de cambiar sus bisagras por unos rieles que faciliten su deslizamiento.

Mejor solución para espacios pequeños

En espacios muy pequeños son una gran solución. Primero, porque al abrirse y cerrarse requieren de menos espacio. Segundo, porque si las instalas de cristal, consigues que la sensación de amplitud de los espacios colindantes sea mayor, al tiempo que permiten la circulación de la luz por ambas zonas. Y tercero, te aportan algo más de privacidad, alejándote de los ruidos de la habitación contigua.

Un toque de calidez en espacios fríos

Las puertas correderas pueden suponer la transición perfecta entre un espacio frío y aséptico, como es un baño, con un espacio cálido y más acogedor, como es un dormitorio. Si eliges bien, puedes conseguir que el baño adquiera tintes más cálidos, gracias a la incorporación de madera a través de la puerta, por ejemplo. Será un toque de color en un baño blanco que necesita un toque de calidez, para hacerlo más acogedor y relajante.

Solo has de añadir algunos toques más a través de otros accesorios, como un taburete de madera o un toallero, y ambas estancias se cohesionarán sin mucho esfuerzo.

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