Lo que está claro es que debes buscar una decoración que se adapte a tu estilo y al de los muebles que tienes en estas habitaciones. Olvídate de añadir colores y más colores, y apuesta por combinar los ya existentes en la estancia, con los adornos que vas a colocar.
Si tu comedor tiene un estilo nórdico, con tonos claros, madera y muebles minimalistas, es buena idea darle un toque natural a tu árbol de Navidad, resaltando los tonos de la madera, incorporando algún dorado y los tonos tierra. Haz lo mismo con otros adornos, como las coronas navideñas o las guirnaldas, por ejemplo. El menos es más es la máxima de este estilo y así debe reflejar también tu decoración navideña.
En aquellos comedores modernos con un estilo algo más sobrio, apuesta por una decoración discreta. Si los muebles son simples, de líneas limpias y tonos neutros, no es bueno romper la dinámica del lugar con una decoración muy estridente. Un árbol con pocos adornos, de un mismo color, o un pequeño centro de mesa con ramas de abeto en un jarrón, puede ser suficiente para decorar de forma sofisticada esta estancia en un día tan especial como Navidad. Una buena vajilla, unas elegantes copas y, sobre todo, una buena comida, harán el resto.
Para los comedores más clásicos, lo mejor es no intentar ser muy creativos y centrarse en los adornos más tradicionales. Una flor de Pascua en una cesta frente al balcón, un árbol con los adornos familiares, un buen centro de mesa con una vela aromática y la vajilla que se ha ido heredando de generación en generación, serán el mejor colofón.
En la misma línea debes decorar los salones en los que pasaréis las tardes navideñas. Esas largas conversaciones después de la comida, merecen un lugar acogedor y reconfortante, en el que se respire la esencia de estas fiestas.
Si tus muebles son clásicos y te encanta el rosa, el azul o verde, hasta el punto que tienes un sofá u otro mueble con ese color, aprovéchalo y decora tu árbol con el mismo tono. Será el contraste perfecto. Combínalo con un tono plateado o un blanco que atenuarán la estridencia de un color tan chillón, para que la estancia resulte relajada y se convierta en el mejor punto de reunión familiar.
Otra opción es hacer completamente lo contrario y alejarte de los colores de la sala. Un salón con cierto aire industrial puede resultar muy oscuro si no se le añade colores que contrasten con los negros, grises y marrones. Es bueno resaltar los adornos navideños con colores fuertes y vivos. Un amarillo chillón, un violeta o un verde pueden ser la mejor opción para llenar de alegría una habitación un poco sombría. No necesitas mucho, solo un buen árbol, unos cuantos regalos empaquetados con papel colorido y unas pocas velas que aportarán calidez a este tipo de estancias.
Si tienes la suerte de contar con una chimenea en tu salón, tienes mucho ganado en cuanto a decoración navideña. Es el punto focal de estas fiestas. Aporta calor en los días de invierno y es la entrada de Papá Noel, así que poco más necesitas.
De todas formas, no dejes de decorarla como se merece. Ponle alguna guirnalda que focalice la atención hacia ella al entrar en la habitación. No olvides colgar los calcetines para los regalos en su repisa. Y aprovecha esa atención, para situar junto a ella ese árbol navideño que decorarás a juego con la estancia.
