El espacio está organizado en varias zonas muy bien definidas, pero que ocupan una misma estancia. Por un lado, una zona de comedor. Y por otro lado, un salón presidido por una acogedora chimenea.
La zona del salón destaca por dos impresionantes cristaleras que le aportan a la estancia muchísima luz natural. Por ello, para conseguir que esa luminosidad no se pierda con tonos oscuros, se ha optado por una paleta de colores suaves y claros que magnifican la entrada de luz.
En esta zona, el protagonista indiscutible es un cómodo sofá en forma de L de cuatro plazas con chaise longue, que sin duda invita a relajarse y a pasar mucho rato descansando allí o viendo tus series preferidas. Un sofá de color blanco al que se le han añadido cojines de diferentes tamaños y colores, que van del gris claro, al gris oscuro con un toque de mostaza, para dar un poco de vida a tanta pulcritud.
Delimitando esta zona de descanso se ha colocado una extensa alfombra de tono beige que también le aporta calidez al lugar. Sobre ella, se ha optado por una mesa de centro de madera maciza de mango en acabado natural y redonda, que resalta por su diseño orgánico y moderno, tan en boga esta temporada.
Frente al sofá se ha colocado un mueble muy ligero, en color blanco, acompañado de una estantería del mismo color, que acompañan a una moderna chimenea, situada en un rincón del salón.
Separando y al tiempo unificando ambos zonas, entre el espacio de descanso del salón y la zona del comedor, se ha puesto una consola de madera de chapa de roble con acabado natural que se extiende a lo largo de una de las paredes. Un mueble de cuatro puertas, ideal para guardar allí todos los enseres propios de esta sala.
Sobre este mueble, que conjunta perfectamente con el resto de la decoración de la estancia por la simplicidad de sus líneas y su sencillez, se ha colocado un espejo de ventana, con marco de madera. Una pieza clave de diseño, ya que, además de expandir visualmente el espacio y reflejar la luz que entra por ambas ventanas, cohesiona los elementos elegidos, tanto del comedor, como del salón.
Siguiendo con la estética simple y suave de toda la estancia, el comedor tampoco destaca demasiado. Para esta zona para comer, la diseñadora Lucía Fiat ha elegido una bonita mesa de melanina con acabado natural con las patas de acero con efecto madera en un tono claro. Una mesa con acabado resistente a los arañazos y a las rayaduras, que se ha acompañado de seis sillas tapizadas en chenilla gris, con las patas de acero en color negro, que contrastan con la simplicidad de la mesa.
La decoración de esta estancia se remata con ciertos toques decorativos. Como una bonita lámpara de sobremesa con pantalla que se sitúa sobre la cómoda de madera, algunos jarrones colocados aquí y allí, algunas velas que siempre ayudan a crear un ambiente muy agradable y algunas plantas y ramas secas. Estas últimas, para dar un toque de vida y naturaleza al interior. Algo que siempre ayuda a decorar, aportar color y dar un toque de alegría a cualquier espacio.
El resultado es un salón comedor que, a pesar de la simplicidad de sus formas y colores, resulta muy elegante y confortable. La elección de una paleta de colores tierras muy suaves, combinados con el blanco y algún acento de color, aportado por los cojines del sofá, lo hacen un refugio calmado y sosegado. Un lugar al que cualquiera querría acudir para relajarse, tras una larga jornada de trabajo.