La elección de los materiales es fundamental para conseguir esa sensación acogedora y natural que se pretende. Con el uso de madera y de fibras naturales, tan propias del estilo rústico. Como un cabecero de madera maciza de mindi con ratán, unas mesillas de noche de idénticos materiales, y un precioso y original sillón, también de ratán.
El color beige de la pared del cabecero atrae toda la atención, ya que el resto de paredes se ha pintado de blanco. Esa atención se acentúa con el cabecero de madera y un par de colgantes muy originales que iluminan las mesitas de noche. Unas lámparas de techo de metal, en oro mate, con un globo de cristal opaco, que le aporta ese toque moderno que suaviza los detalles rústicos de la cama y las mesillas.
En esa misma pared, se han colgado cuatro cuadros en blanco de relieve, con marco de madera. Dos de gran tamaño, y otro dos, más pequeños, que dan una sensación muy armónica a la pared.
La elección de los tonos de la ropa de cama también resulta fundamental para conseguir un espacio acogedor. Se ha optado por tonos neutros, beige y tierra, en estampados lisos, que le aportan cierta seriedad, tan solo rota por algún cojín de rayas del mismo color.
Para delimitar la zona de noche, presidida por la cama, en el suelo se ha colocado una gustosa alfombra de pelo largo en beige, que hará las delicias cada mañana cuando pongas el pie en el suelo. Sentirás su taco dulce y suave.
La zona del dormitorio se remata con un sillón de ratán, en tono natural, con patas metálicas en negro. Su original forma circular se une a la tendencia bolt, en la que las formas orgánicas cobran protagonismo. Algo que también se aprecia en las mesillas de noche de madera con puertas de ratán que, aunque cuadradas, cuentan con los bordes redondeados.
La elección de un sillón en esta zona no es casual. Dada la forma de la habitación, un poco trapezoidal, necesita de algún elemento decorativo para rellenar el hueco que queda entre la cama y esa zona de pared más amplia. Esa elección es genial.
Frente a la cama y como preludio al vestidor, se ha colocado un precioso espejo de pie con marco dorado, con una banqueta con asiento de borreguito y una cesta de mimbre, perfecta para guardar los cojines.
El vestidor, ese espacio que todo fashionista desea tener en su hogar, es de líneas simples y sencillas. Se ha optado por muebles de madera blanca con cristales en las puertas, para dejar ver todo lo del interior. Un interior repleto de cajones para organizar perfectamente todo la ropa y accesorios.
El armario que forma el vestidor recorre todo el pasillo. Armarios por doquier, que llevan a otro pequeño espacio en el que se ha colocado una cómoda de madera y otro espejo. Esta vez circular y sobre el mueble. Eso sí, también con el marco en oro.
El mueble de esta zona es un zapatero con dos puertas que también cuenta con alguna estantería. Un mueble muy funcional que permite guardar muchos zapatos, así como otra ropa del hogar, como toallas o sábanas.
El resultado es una estancia acogedora, de tonos neutros y toques modernos, que destaca por una zona de dormitorio que invita al relax, y un preciosos y soñado vestidor que invita a la diversión. Porque, desengáñate, si necesitas ese vestidor es porque te encanta la ropa, probártela y jugar con ella hasta conseguir ese look perfecto con el que saldrás a la calle cada día. ¿O no?