Como una pared de ladrillo visto o una bonita bóveda que separa el comedor del salón. Estos elementos tan destacados también han condicionado la elección de los colores escogidos, decantándose por tonos cálidos que le confieren al lugar un ambiente súper acogedor.
En la parte del salón destaca sobre todo la pared de ladrillo visto. Una pared que se ha dejado completamente desnuda porque su textura ya le confiere suficiente presencia. El resto de paredes se ha pintado de un color crema, que ayuda a resaltar aún más esa pared tan rústica.
En este espacio se ha colocado un sofá de tres plazas con chaise longue izquierdo en color beige de Kave Home y un par de mesitas auxiliares de madera. Frente a él, en la pared de ladrillos, se ha instalado un simple mueble bajo de cuatro puertas y chapa de roble, sobre el que se ha situado el televisor.
En la pared lateral, tan solo se han colocado un par de estanterías de chapa de roble, en las que colocar algún que otro objeto decorativo y, por qué no, un par de cuadros apoyados.
En el rincón, destaca una preciosa lámpara de pie con base en forma de trípode de pino macizo y pantalla blanca. Ideal para iluminar este espacio con una luz tamizada por la pantalla, que le aporta calidez al espacio.
Separado por un precioso arco abovedado, recubierto por madera, la zona del comedor sigue el estilo colonial y nórdico del salón. Aquí, la protagonista es una espectacular mesa de teca de 240 cm., con capacidad para hasta 10 o 12 comensales. Rodeada por unas preciosas sillas con reposabrazos, fabricadas en madera de fresno, proveniente de bosques sostenibles y talas controladas. El asiento y el respaldo son de ratán trenzado con la técnica cannage, que le confieren un singular diseño, además de ser cómodos y ergonómicos.
En una de las paredes del comedor, junto a la puerta de entrada de la habitación, se ha colocado una cómoda de tres puertas, del mismo estilo y conjunto que la situada en el salón en la que se ha puesto el televisor. Un mueble perfecto para guardar y tener a mano todo aquello que se necesita en un comedor. Ya sean vajillas, cristalerías o los juegos de mesa para pasar las tardes de domingo con los niños.
Sobre la cómoda se ha colgado un original lienzo que contiene la misma gama cromática empleada en el diseño. Una bonita lámpara de sobremesa con el pie de cerámica y pantalla beige, y una bonita planta.
Las plantas nunca deben faltar en una casa, le aportan color y alegría. Así que, además de esa pequeña planta sobre la cómoda, también se ha colocado otra de mayor tamaño en el otro lado de la bóveda. Perfecta para rellenar el hueco y aportar ese toque de naturaleza que le da vida al comedor.
Para rematar esta estancia, se ha colgado un robusto espejo en la otra pared. Un espejo es genial en un comedor, porque, además de ampliar el espacio, ayuda a reflejar la luz que entra por las ventanas, aportando más luminosidad al lugar.
Cuando la luz del día desaparezca, sobre la mesa del comedor se han instalado un par de colgantes de pantalla en color blanco. Muy sencillas, para dar protagonismo a la mesa y al espejo, pero efectivas para iluminar la mesa y la habitación
El resultado del diseño de Patricia Ruiz no puede ser mejor. Un salón comedor de estilo colonial y nórdico que juega con los elementos arquitectónicos de la estancia, para hacerlo más acogedor, y que deja con la boca abierta a todo aquel que entra en él.
