Una de las mayores ventajas de las camas nido es que ocupan mucho menos espacio que colocar por ejemplo dos camitas, una al lado de la otra. Visualmente también es mejor que pensar en una literal, ya que al no ser tan alta, también parece que el espacio es mayor. De esta forma, las dos camas quedan recogidas, una sobre la otra, dejando más espacio en la habitación para que tus hijos puedan jugar a sus anchas. Haciendo de su habitación una auténtica sala de juegos.
Si tienes solo un niño, es también la opción ideal para tener una cama extra cuando quieras invitar a un amiguito. Quedará recogida siempre que no la uses, sin ocupar mucho espacio.
Otra de sus ventajas es que es la cama ideal para hacer la transición de la cuna a una cama, ya que suelen ser de poca altura e incluso tener alguna barandilla para evitar que el pequeño se caiga.
Además, en el mercado hay auténticas maravillas de cama nido que son una monada. En forma de casita como la de este proyecto de Livitum, que le hará creer a tu hijo que está durmiendo en un cuento de hadas o en un castillo encantado. Es tan decorativa, que la habitación poco más necesita.
Si la falta de espacio es uno de los problemas de la habitación de tus hijos, también hay camas nido con literas. De manera que pueden dormir hasta tres niños. El resto del día, las camas quedan recogidas, dejando espacio para que desarrollen su creatividad con sus juegos.
Su único inconveniente es que uno de ellos tendrá que sacar cada día su cama, pero incluso eso puede ser una gran aventura para ellos.
Es otra opción genial si a un par de hermanos les sumas una cama extra para poder hacer de vez en cuando una fiesta de pijamas con sus amigos.
Conseguir que la habitación de tu hijo crezca con él es relativamente sencillo si usas los muebles adecuados. Una cama nido puede ser la solución perfecta para ello, ya que puede pasar de la cuna a este tipo de cama con facilidad y después crecer con él en todas las etapas de su vida, desde que es pequeño hasta que se convierte en todo un adolescente.
El truco está en ir cambiando la decoración que rodea a esta cama nido. Pasando de cuadros infantiles y colores más suaves, a una decoración más seria y tonos más oscuros, conforme va creciendo.
La cama nido tiene la ventaja de que puedes convertirla en un sofá fácilmente. Tan solo debes añadir unos cuantos cojines a la cama superior y la zona de descanso nocturno también servirá de asiento durante el día. Perfecto para que los más mayorcitos estudien, escuchen música o chateen con sus amigos.
Si solo tienes un niño y de momento tampoco crees que esté en época de traer amiguitos a casa, puedes hacer servir la segunda cama del nido de tu hijo como almacenaje. La idea es sustituir la cama por cajones en los que tener un plus de almacenaje. Un espacio que siempre va bien cuando los niños son pequeños, por aquello de guardar allí todos sus juguetes.
Cuando crezca un poquito, vaya al cole y quiera pasar alguna noche con algún amiguito, siempre puedes volver a reconvertirla en una cama. Solo necesitarás un colchón, et voilà, tendrás una segunda cama extra, perfecta para que tu pequeño empiece a socializar.