En esta propuesta las tonalidades cálidas son las protagonistas, aportando a este salón comedor un ambiente muy confortable y muy cálido. Partiendo de una base neutra del espacio, se han añadido toques de color que le aportan un contraste muy sofisticado a la estancia.
Las miradas se las lleva indiscutiblemente una pared pintada de color caldera, con mucha textura. A ella se le añaden unos llamativos cojines en tono teja, situados sobre un sofá beige de cuatro plazas con chaise longue, combinados con otros cojines de terciopelo de tono gris oscuro y otros con estampado más claro, para crear contraste.
El resto de elementos del salón lo conforman elementos de tonos neutros que hacen destacar, aún más si cabe, la intensidad del color de la pared. Muebles simples de madera clara, como una mesa de centro o las patas de un par de butacas en blanco, y unas lámparas en metal negro, pasan prácticamente desapercibidas ante los toques de color de la habitación.
Frente a la zona del sofá, se ha colocado un mueble bajo, también de madera clara, que llega hasta la zona del comedor. Otro espacio en el que vuelven a predominar unos tonos neutros, poco llamativos, como el marrón de las sillas o el negro de las patas de la mesa de madera de fresno y la lámpara lineal, situada sobre la mesa.
Un par de lienzos de tonos tierras colocados estratégicamente en dos de las paredes, acaban de aportar, a este salón comedor, ese toque de calidez que tanto se busca en una estancia de estas características.
La otra opción es mucho más atemporal. Huye de las tendencias de colores tan boga esta temporada. Aquí los tonos elegidos son totalmente neutros y la mirada se la lleva la originalidad de algunos de los elementos empleados en la decoración. Como un par de butacas de diseño moderno con curvas suaves, que piden a gritos que te sientes en ellas.
Las butacas son de color beige, contrastando ligeramente con un impoluto sofá de cuatro plazas con chaise longue de color blanco, sin cojines. Aquí prima la elegancia y la sofisticación, con un toque en dorado, presentes en una de las lámparas del salón.
El mueble elegido, situado frente al sofá, es el mismo que en el proyecto anterior, bajo y de madera clara, para aportar más luminosidad, si cabe, a este proyecto de colores tan claros.
En la parte del comedor, en esta ocasión, se ha optado por una mesa con carácter de color negro que llama mucho la atención, junto con las sillas de ratán y patas metálicas, también en negro.
Para dar más profundidad a este espacio, al tiempo que maximizar la gran claridad de este proyecto, se ha colgado un espejo de cuerpo entero con marco negro, que ayuda a reflejar la luz que entra por la terraza.
El resultado es un salón comedor muy luminoso que combina a la perfección los tonos neutros y claros, con elementos naturales y orgánicos, que le aportan ese toque de calidez que busca el estilo nórdico.
Dos propuestas muy diferentes, con resultados muy dispares, para que los clientes puedan elegir la opción que mejor se adapta a sus gustos y necesidades. Muchos de los elementos son iguales, solo que cambiados de color. Otros en cambio aportan a cada proyecto ese plus de calidez o sofisticación, que hacen a cada uno de ellos una opción muy especial. ¿Sabes ya cuál elegirías?