Mucha mucha luz, todas las paredes pintadas de blanco y la calidez de los suelos de madera: estas son las tres grandes ventajas con las que contábamos a la hora de distribuir y decorar esta habitación. Se trataba de un lienzo en blanco que nos permitía hacer casi cualquier cosa en una estancia de planta cuadrangular que, además, ya contaba con un amplio armario ropero empotrado de dos cuerpos.
Los objetivos eran muy claros: crear dos zonas diferenciadas -una de descanso y otra de estudio-, introducir dos camitas y, sobre todo, ganar mucho espacio para guardar. ¿Cómo se ha hecho? Siguiendo los tres pasos que te contamos junto aquí abajo.
Paso 1: zonificar
¿Te has parado a pensar en cómo la forma en que diseñamos, equipamos y decoramos el cuarto de los peques puede influir en su desarrollo? Los expertos aseguran que las características de los espacios que habitan -orden/desorden, luz/penumbra, etc.- tienen una influencia directa con sus destrezas futuras y que un dormitorio bien distribuido y ordenado incentiva sus habilidades de organización. Interesante, ¿verdad? Siendo así, se hace más importante que nunca empezar por zonificar estas habitaciones que, por definición, son multifuncionales (en ellas duermen, estudian, juegan, se relacionan…)
Fíjate en cómo se ha hecho: se ha dejado un espacio libre entre el armario ropero y la camita para facilitar el acceso a la ropa y poder vestirse cómodamente en esa área de la habitación. Luego, sobre las paredes largas, se han ubicado las zona de dormir y de estudio enfrentadas y, entre ellas, se ha colocado una súper alfombra redonda con la que conseguimos tres cosas: establecer el límite entre las dos zonas, crear un espacio vacío central que aligera visualmente el espacio y crear dinamismo al introducir una forma circular en un espacio en el que prevalecen los ángulos rectos.
Paso 2: amueblar y equipar
Solo con lo necesario: esa es la premisa que rige este proyecto. Piensa en qué necesita tu peque en su día a día y dale prioridad olvidándote de los “por si acaso". Ahí va un ejemplo práctico: en esta habitación necesitábamos introducir dos camitas. Al tener la segunda cama un uso ocasional, decidimos retirar la litera y colocar en su lugar una camita nido. De esta forma, mantenemos la funcionalidad (seguimos teniendo dos camas) pero en el día a día la habitación se ve más despejada y, en consecuencia, más ordenada.
Frente a ella está la zona de estudio. El escritorio se ha ubicado junto a la ventana para aprovechar al máximo la luz natural. Junto a él se ha colocado una preciosa librería en blanco y madera en la que caben perfectamente libros, libretas y demás material. Además, se han añadido dos baldas sobre la mesa para que todo tenga su lugar.
Paso 3: decora con mimo
Para reforzar la diferenciación entre la zona de descanso y la de estudio, se ha recurrido al papel pintado. Como todo en este bonito dormitorio, se ha hecho usando una paleta de colores pastel en la que el blanco y el rosa son los protagonistas, consiguiendo un ambiente sosegado con un toque muy dulce. Así, en la pared de la zona de estudio se ha colocado un divertido papel con el fondo blanco y detalles en tonos pastel. Recurrir a este truco deco no solo te ayudará a zonificar y diferenciar la zona de trabajo del dormitorio, sino que los colores claros favorecerán su concentración cuando se ponga a estudiar.
Completan la decoración en rosa un puf redondo -que sirve de asiento adicional pero también de superficie de apoyo ocasional-, unos cojines chulísimos que aportan sensación visual de confort y un cuadro con motivos geométricos colocado sobre la cama.