Para cada una de estas tres situaciones, nuestras diseñadoras han seleccionado un espacio de trabajo en casa funcional y bonito al que no le falta de nada. Echa un vistazo a las ideas que nos proponen ¡y ponte manos a la obra! Recuerda: lo más importante no son los metros cuadrados, sino que el lugar que escojas y la forma en que construyas tu espacio de trabajo te permita estar cómoda, tranquila y alejada de las distracciones.
Presta atención a la arquitectura de tu casa: ¿existe algún rincón que puedas aprovechar? ¡No desestimes las zonas de paso! El distribuidor, el pasillo o, como en este caso, el recibidor, también pueden convertirse en zonas para teletrabajar si son lo suficientemente amplias.
Fíjate en este ejemplo: en la pared contigua al recibidor había un nicho desaprovechado con un gran ventanal que ocupaba todo el ancho y alto del hueco. Se ha colocado una mesa de trabajo frente a él para aprovechar al máximo las horas de luz natural. Para minimizar el impacto visual que supone ubicar una zona de trabajo en el espacio que queda a la vista nada más entrar en la vivienda, se ha recurrido a una mesa de formas simples y depuradas con la estructura en acero del mismo color que el ventanal y de un aspecto muy muy ligero.
Para darle un toque de personalidad, se ha colocado frente al escritorio una silla con la estructura también en negro, con reposabrazos, asiento y respaldo en cannage. Como no era posible colocar una estantería ni ningún otro mueble, se ha introducido un taburete Tolix que, además de ser un asiento extra, sirve como punto de apoyo.
Un solo espacio-dos funciones: el objetivo de este proyecto era aprovechar una habitación extra que quedaba disponible para crear un despacho con un rincón de lectura para el que no había espacio en el salón.
En el área de trabajo, se ha colocado una mesa pegada a la pared para favorecer la concentración y se le ha sumado una silla con asiento y respaldo tapizados: ¡es súper súper cómoda! Como no era necesario un gran espacio de almacenaje, se ha escogido un escritorio con dos cajones bajo el sobre en el que guardar todo lo necesario para el día a día.
Sobre el escritorio debía instalarse un ordenador de sobremesa que ocupa bastante espacio. Por eso, se ha optado por sustituir el tradicional flexo por una luz de pie colocada al lado de la mesa. ¡Por cierto! Si utilizas este recurso, asegúrate de colocar la lámpara del lado opuesto al que escribes para que no se generen sombras incómodas.
Un gran cuadro en la pared de un lado y una librería metálica del otro, delimitan el espacio pensado para descansar: una butaca, un puf de mimbre y una alfombra de lana en tonos claros completan el rincón de lectura.
Los tonos neutros de las paredes, el mobiliario y los tejidos, sumado al aspecto natural de los suelos de madera y los accesorios en fibras naturales permiten crear una atmósfera serena y cálida en la que la concentración está más que asegurada.
Dos mesas enfrentadas, prácticas y espaciosas, definen este espacio de trabajo para dos en el que, además, se requería de mucho espacio para el almacenaje. La estancia es amplia, pero no quedaba ninguna pared libre en la que colocar una librería. Por eso, se ha recurrido al área bajo la ventana para convertirlo en una zona con mucho espacio para guardar. Construir una estantería alrededor de las ventanas es un recurso muy útil cuando escasean los metros.
El espacio de trabajo queda delimitado por una gran alfombra en la que se integran las dos mesas -con sobre de madera y patas en X lacadas en blanco- y las dos sillas con brazos. Los toques de color en verde de los asientos, el banco tapizado y las paredes, sumados a la calidez que aporta la alfombra de benuta, crean un ambiente sereno y tranquilo que favorece la concentración y ayuda a mantener el foco en las tareas durante las horas de trabajo.