Nuestras diseñadoras han seleccionado 5 proyectos en los que se ha utilizado el dúo blanco-madera como base de la decoración. Échales un vistazo y ¡comprueba por ti misma como esta pareja se entiende a las mil maravillas!
¿Cuántos tonos de blanco conoces? Nieve, perla, magnolia, chantillí… Y, ¿cuántos tipos de madera? Pino, roble, haya, nogal…¡Existe una gran variedad de matices! Y eso es, precisamente, lo que hace de esta pareja de neutros una combinación tremendamente versátil y, como consecuencia, apta para todos los estilos deco: la elección de un tono u otro de blanco (desde el más puro y luminoso hasta el más roto) unido a un tipo u otro de madera -con o sin veta, sin tratar o barnizada…- cambia por completo la estética de la estancia.
Esta combinación está en la base de algunos de los estilos deco con más adeptos. Fíjate en cómo se ha utilizado para decorar este saloncito de estética nórdica: se ha recurrido al blanco más puro para paredes y techos, se ha colocado un sofá tapizado en greige y para los muebles y accesorios (mueble TV, mesita auxiliar y lámpara de pie) se ha optado por piezas en las que se combina la madera y el color blanco.
El sobre de la mesa TV es de roble en estado bruto, lo que hace del mueble una pieza especial que potencia la sensación de calidez de la madera. Todo el saloncito se ha construido sobre una gran alfombra de lana con motivos geométricos en beis y blanco, manteniendo la estética sosegada de la estancia y aportando un plus de confort.
En los espacios pequeños, pintar las paredes y los techos del mismo color -como se ha hecho en este proyecto- te ayuda a diluir los límites del espacio creando un efecto de continuidad que genera sensación de amplitud. Y si lo haces en blanco, el efecto aún es mayor, ya que aporta luminosidad. El suelo de madera de roble oscuro y con los nudos a la vista crea un contraste muy bonito y aporta calidez a este salón abierto.
El espacio se ha vestido con un sofá con chaise longue tapizado en chenilla de color crudo y patas altas en madera de haya. Frente a él, se ha colocado un mueble TV en madera de mango y, a su lado, una side table redonda y una preciosa butaca en madera que cierra el espacio del salón y lo separa visualmente de la zona de comedor contigua.
Los complementos de fibras naturales -la mesita de centro en ratán, el puf de yute, los detalles del mueble TV y la butaca…- refuerzan la sensación de calidez de las maderas y le dan a este espacio un look 100% natural.
Crear un espacio atemporal tiene mucho que ver con la elección de los materiales y los colores: la pintura blanca de las paredes, la tapicería en chenilla de color crudo del sofá o la madera de haya del aparador de este salón jamás pasan de moda. Con un escenario neutro como este, es muy sencillo llevar la decoración hacia cualquier otro estilo haciendo un cambio en los complementos.
¡Por cierto! ¿Te has fijado en la chimenea? Es la gran protagonista de este espacio. Se ha mantenido la estética original de la embocadura en piedra, pero se le ha sumado una repisa en madera de roble -a juego con las mesitas nido situadas frente al sofá- para crear un todo homogéneo y armónico. ¿Dan ganas de relajarse frente a ella, verdad?
Si a dos neutros -como el blanco y la madera- le sumas un tercero, ¿qué sucede? Qué consigues un ambiente sereno y elegante como el de este saloncito. Al sofá y las butacas en distintos tonos de blanco y al mueble TV en madera de mango se han sumado algunos detalles en negro: la lámpara tipo Arco, las patas y detalles del mueble y, un poquito más allá, las aspas de la mesa de comedor, que queda totalmente integrado en el salón. La nota de color se encuentra en el verde de las plantas: ¡llenan todos los rincones!
Madera de roble, blanco y… ¡mucho color! Las cortinas en gris, los cojines en beige y mostaza, las flores de unos cuadros colgados estratégicamente y el verde de las plantitas colocadas sobre unas baldas de roble dan frescura al ambiente.
Este luminoso salón está compuesto por un sofá extra largo con doble chaise longue tapizado en blanco. Le acompañan dos mesitas de centro redondas tipo nido con las patas en roble y el sobre lacado en blanco y dos baldas, también en roble, en las que se han colocado algunas plantas y objetos deco.
Una gran alfombra decorada con una mandala en blanco y beis enmarca este rincón de una vivienda ecléctica en la que el color blanco y las maderas son las grandes protagonistas. La lámpara suspendida, con la pantalla en yute, aporta un toque natural al conjunto y crea un juego de texturas muy dinámico con el resto de textiles de la estancia.