¿Y si colocas el comedor junto a la ventana? Lo habitual es reservar para la zona de estar la parte más luminosa del salón, pero la decisión depende de tu estilo de vida. Si haces mucha vida en el área de comedor -porque, por ejemplo, trabajas en casa, quizás te interese darle la vuelta.
Prueba a hacer un cambio y coloca la mesa frente al ventanal. No olvides delimitar visualmente ambas zonas. Puedes hacerlo colocando un mueble tras la trasera del sofá si está en el centro de la sala o recurriendo a alfombras que enmarquen cada uno de los espacios.
¡Introduce una súper librería como la de este proyecto! Fíjate en cómo se ha construido: se trata de un mueble con estructura modular, lo que permite adaptarla al espacio disponible. Al ser una pieza de grandes dimensiones, se ha optado por este modelo lacado en blanco que se fusiona visualmente con el color de los paredes y que, al no tener trasera, tiene menos peso visual.
Para generar sensación de orden, se han colocado tres módulos simétricos a lado y lado de una chimenea central.
Los tonos claros potencian la luz y ayudan a ampliar visualmente los espacios, lo que es especialmente importante en caso de que tu salón sea pequeñito. Fíjate en este proyecto: se ha buscado potenciar la luz natural disponible introduciendo mobiliario que combina el blanco con maderas claras y un esquema de color basado en tonos neutros (en la tapicería del sofá, las luminarias los accesorios deco).
La nota de color la pone la gran alfombra en color rosa que delimita todo el espacio del saloncito y para la que también se ha optado por un tono pastel para evitar fuertes contrastes de color.
Sean cuales sean los colores de tu salón, añadir un matiz de negro te ayudará a darle un toque de estilo. Se trata de un color con mucha potencia que, sobre todo en espacios pequeños, debe usarse con moderación.
Puedes introducirlo en algunos detalles, como se ha hecho en este proyecto: en la estructura de un mueble tv o una librería de estilo industrial, las patas de las sillas o del sofá, una lámpara o, simplemente, un macetero.
Las mesas, mesas de centro, alacenas o aparadores con sobres y puertas de cristal ofrecen la misma funcionalidad pero restan peso visual a unos muebles que, generalmente, son los más pesados de la estancia.
Optar por ellos es una idea fabulosa si necesitas espacio de almacenaje pero no quieres recargar el ambiente y, además, ¡son pura tendencia!
¿Te atreves con un sofá de color rosa? Échale un vistazo a este saloncito: el sofá, comodísimo, está tapizado en pana de costura gruesa y un color rosa que aporta una nota de suavidad al salón. Es el protagonista absoluto de la sala, por lo que se ha buscado que todos los detalles combinen con él: es por eso que se ha recurrido al dorado, con el que hacen un tándem perfecto.
Lo vemos en la estructura de la mesa tv, la mesita de dentro, las luminarias y los marcos de los espejos colgados sobre el sofá.
A la suma del blanco con madera en interiores lo llaman “la combinación infalible”. Y es que es un tándem que nunca falla.
A él se ha recurrido en este saloncito en el que el uso de estos dos neutros, sumado a la combinación de diferentes texturas -¡incluyendo el tapizado de borreguito de la butaca!- ha dado como resultado un espacio sosegado, agradable y visualmente muy limpio.
Las plantas purifican el aire, sí, pero también son un elemento deco con la enorme capacidad de refrescar visualmente el ambiente y que parezca menos recargado. Fíjate en este saloncito: se ha creado a base de neutros (madera de roble, blancos, beis…) y se ha sumado una planta XXL y algunas otras plantitas dispersas por la sala.
Son ellas las que hacen protagonista al verde, que también se ha añadido en otros detalles, como los cojines y la lamparita de sobremesa.
No pierdas de vista la regla del 80-20 pero ¡mezcla sin miedo! La magia de este salón está justo ahí, en combinar muebles y accesorios de estilo vanguardista -como las mesas de comedor y de centro con el sobre de cristal templado o la estantería metálica en negro-, con otros de tendencia escandinava -como la mesa TV o la cajonera en blanco y roble-.
El truco para que la mezcla sea armónica es mantener la proporción y encontrar un nexo de unión entre los dos ambientes como, por ejemplo, las tapicerías utilizadas en el sofá y las sillas de comedor.
Dicen que el negro es sinónimo de elegancia y saber estar y este salón-comedor es un ejemplo de ello. Se ha utilizado este color como nexo de unión entre los diferentes ambientes. Y es que está presente en todos los elementos del salón y del comedor (los detalles del mobiliario, las luminarias, las tapicerías…).
Destaca especialmente en algunos elementos, como la preciosa butaca en madera y piel que, además de cerrar el área del salón, aporta una nota de estilo y un fuerte carácter a la estancia.