Lo mejor es tener un sistema de calefacción eficiente que debes revisar cada año para evitar que su mal funcionamiento te haga gastar más de la cuenta. Además, es bueno que revises también puertas y ventanas para evitar que la calefacción se escape por sus rendijas. Y a ser posible, añadir persianas o contraventanas a tus balcones, también para preservar el calor del interior.
Dicho esto, hay otras formas con las que conseguir que tu hogar sea cálido sin arruinarte con la factura de la calefacción. Pequeños gestos que te ayudarán a reducir el gasto, tan solo siguiendo algunos consejos de decoración.
Son unas grandes aliadas de la decoración, no solo porque decoran por sí mismas, sino porque ayudan a delimitar espacios. Sin embargo, también son grandes aislantes, que ayudarán a que el suelo no pierda su calor y puedas mantener tus pies calentitos.
No te cortes en incorporarlas en salones, en comedores o en dormitorios. Procura que sean del tamaño adecuado. Porque una alfombra demasiado grande empequeñece el espacio. Mientras que demasiado pequeña, quedará ridícula y no cumplirá ninguna de sus funciones.
El sol es fundamental para aportar calor. Así que no lo desaproveches. Durante el día, si tu casa está orientada al sol, permite que éste entre en el interior de tu hogar levantando las persianas. Cuando el sol se ponga, haz al revés y bájalas, para preservar el calor que la luz solar te ha aportado.
En ese sentido, son importantes las cortinas. Durante el día déjalas abiertas o usa unos visillos translúcidos que permitan la entrada de calor en tu hogar. Al caer la noche, corre las cortinas y si es posible, usa unas de tejido más grueso que no deje pasar el frío por las posibles ranuras de tus ventanas.
Los panelados de madera tan de moda esta temporada, sobre todo aquellos formados por listones, son unos grandes aislantes. Colocados en paredes estratégicas de tu hogar, aquellas que dan al exterior, permitirán mantener el calor del interior. Son perfectos, porque además de decorar, te permitirán bajar el consumo de tu calefacción.
Y no, no nos referimos a leer envuelto en una manta, sino a que el papel es otro gran aislante. Puedes añadirlo en forma de papel pintado decorando la pared o aprovechar tu gran colección de libros y colocarla en una bonita estantería, en esas paredes más susceptibles de enfriar el ambiente. Sobre todo, las que dan al exterior. Los libros te ayudarán a mantener el calor de la estancia, al tiempo que te permitirán cultivar tu mente y viajar a mundos sorprendentes.
El tipo de muebles que incorpores en tu hogar también pueden ayudarte a mantener a raya la factura de la calefacción. Los materiales como la madera son otros buenos aislantes que mantienen el calor. Así que en invierno es bueno que inviertas en muebles de este material. Crearán ambientes mucho más acogedores y cálidos.
Del mismo modo, son importantes los colores utilizados. Los tonos claros ayudan a reflejar la luz y disipar el calor. Por lo que te interesan los tonos oscuros para retenerlo y mantener la casa algo más calentita.
En una casa es fundamental que haya diferentes texturas. Por eso son tan importantes los textiles. Una buena excusa para abrigar el sofá con una bonita manta, que te permita ver tus series favoritas sin que pases un ápice de frío, o llenarlo de cojines, que también aportan calor a tu persona.