Es fundamental ventilar la casa cada día. Además de eliminar humedades, permite que tu hogar respire y mejore la calidad del aire. Así que abre los armarios problemáticos, al tiempo que abres la ventana, y deja que regeneran el aire de su interior.
Otro aspecto importante a tener en cuenta, y al que muchas veces no le prestamos atención, es guardar la ropa en el armario si aún está algo mojada. Procura que la ropa esté completamente seca, para evitar que la humedad penetre en el armario y se expanda a otras prendas. Puede provocar que aparezca moho en tu ropa, con manchas negras muy desagradables que deberás limpiar. ¿Cómo? Si son prendas de algodón puedes sumergirlas en agua caliente con vinagre, o si es ropa blanca con lejía. Después, deberás lavarlas de forma habitual.
En el mercado existen algunos productos que pueden ayudarte a eliminar esa molesta humedad en los armarios. Hay pequeños deshumidificadores que son muy efectivos, gracias a los cristales hidrófilos que contienen, que retienen la humedad del aire y la condensación, evitando la aparición de hongos y moho.
Otra solución son los sobres de gel de sílice. Esos sobrecillos que tantas veces has visto al comprarte un bolso en su interior o en las cajas de los zapatos nuevos y que no sabías para qué servían. Tienen una gran capacidad de absorción y son capaces de eliminar hasta el 40% de la humedad del interior de armarios y cajones.
Sin embargo, también existen algunos trucos caseros que te serán muy útiles. Uno de ellos es el café en grano o los restos del café. Colocados en saquitos de tela respirable, acaban con la humedad, los malos olores y evita que los insectos se acerquen a tu ropa.
La sal o el bicarbonato de sodio también son eficientes. También en saquitos de tela o en pequeños tarros con la tapa perforada, también harán su magia contra la humedad. La ventaja de la sal frente a otros productos caseros es que es fácil saber cuándo debes sustituirla, ya que con la humedad se va oscureciendo.
Otro de los productos comestibles más eficientes es el arroz. No solo sirve para recuperar un móvil sumergido por error en agua, sino que es uno de los mejores aliados contra la humedad. Coloca saquitos con 15 o 20 gramos de arroz estratégicamente en tu armario y cajones, y no olvides cambiarlos cada 10 días. Si no lo haces, puede que se te avecinen nuevos problemas, ya que puede servir de alimento a los gusanos blancos o las larvas de polilla, siendo peor el remedio que la enfermedad.
Para evitar estos problemas, puede recurrir a otros productos que han resultado también ser muy efectivos, como es el caso de la tiza. Sí, esa que utilizan los niños para escribir o dibujar en sus pizarras. Tan solo debes colocar 4 o 5 tizas en una malla o tela agujereada y absorberá la humedad de tu ropa. En este caso, debes cambiarlas cada tres meses para que resulte efectiva.
Y por último, también puedes echar mano del carbón vegetal. Otro gran aliado contra la humedad. Envuélvelo en papel de cocina, et voilà, todo quedará seco en poco tiempo, sin pizca de humedad.
Si prefieres no colocar ningún tipo de producto en tu armario, también puedes optar por utilizar bolsas de almacenamiento al vacío para tu ropa. Evitarán que la humedad penetre en su interior, pero eso sí, no eliminarás la humedad del armario.
Y en el caso de los armarios empotrados, observa si la humedad procede de las paredes de la casa. Si es así, la mejor solución es arreglar el problema que provoca esa humedad y si persiste, aplicar los mismos trucos que en el resto de armarios.