¿Tienes un suelo poco agraciado? 6 consejos para que luzca bonito

En ocasiones, ante la imposibilidad de hacer obras en nuestra casa, bien porque es un piso de alquiler o bien por falta de liquidez, convivimos con aspectos de nuestro hogar que no nos gustan. Algunos se pueden solucionar fácilmente, pero ¿qué ocurre cuando el suelo es poco agraciado? No te preocupes, tenemos ideas para que tu suelo horrible, desgastado o pasado de moda luzca bonito.
Publicado por Marta Parareda · 17 de marzo de 2023
¿Tienes un suelo poco agraciado? 6 consejos para que luzca bonito

No es magia. Solo se trata de aplicar ciertos truquillos para que tu suelo deje de ser el centro de atención ante tanta fealdad y pase más desapercibido. Parecerá mucho más bonito de lo que es.

1. Cúbrelo de alfombras

Es una de las formas más simples y efectivas de cubrir un suelo horroroso. Además, es una de las tendencias más de moda esta temporada. Alfombras por doquier. Las hay de tantas formas, tamaños y diseños que es fácil encontrar la que mejor se adapte a cada habitación y a la decoración que más te gusta.

Procura que la alfombra elegida combine con la tonalidad del suelo. Lo último que quieres es que una alfombra, que destaque por su llamativo color, atraiga las miradas hacia la parte de tu casa que quieres esconder.

2. Desvía la atención hacia otros puntos de la estancia

Precisamente desviar la atención hacia otros elementos de la habitación puede ser una buena idea para que el suelo pase totalmente inadvertido. Destaca una de las paredes con papel pintado, con molduras o con un color inesperado y la atención hacia tu suelo desaparecerá.

También puedes añadir una impresionante obra de arte, una impactante librería repleta de libros o tu colección de sombreros. Llamará tanto la atención que nadie se fijará en el suelo que pisa.

Las plantas también son una muy buena opción. Además de decorar tu casa o de darle un toque de naturaleza al interior, son perfectas para desviar la atención. Son tan bonitas que nadie se dará cuenta del suelo. 

3. Juega con la luz

Evita que la iluminación de la estancia mire hacia abajo e ilumine el suelo. Lo mejor es utilizar lámparas que crean una luz ambiente, no directa, y que se dirija hacia las paredes o el techo. Tipo apliques, lámparas de pie o de sobremesa con pantalla. Olvídate de los focos o los ojos de buey que focalizan la luz hacia lo que no te interesa destacar.

4. Muebles para tapar el suelo

Son una buena opción para tapar todas aquellas imperfecciones de tu suelo que no quieres que se vean. No hace falta que sea un mobiliario de grandes dimensiones. Lo importante es ponerlo de forma estratégica para disimular todo aquello que quieres tapar. Una cama en el centro del dormitorio servirá para que solo se vean los laterales. Al igual que un sofá en el salón o una bonita librería de suelo a pared que atraerá todas las miradas.

Además unos muebles, cuyo color o estilo, combinen con tu suelo por muy feo que sea, pueden ayudar que parezca una elección expresa. Un pavimento poco agraciado puede quedar más disimulado, e incluso perfecto, si escoges los colores adecuados de los elementos decorativos y los combinas con tu diseño y estilo personal. 

5. Dale una mano de pintura

Si no crees que con todas las estrategias anteriores puedas conseguir que tu suelo deje de llamar la atención, puedes tomar una medida algo más drástica y pintarlo. En el mercado existen pinturas especiales para suelo cerámico o de madera, que te permiten pisarlo sin que se desgaste o limpiarlo con agua sin que la pintura desaparezca.

Te dará un poco más de trabajo, pero podrás elegir el color que mejor se ajuste a tu decoración, modernizar las baldosas estampadas del baño o crear patrones increíbles al dejar fluir tu creatividad.

6. Cambia el suelo sin obras

Otra opción es cambiar el suelo sin necesidad de hacer obras. Aquí los suelos vinílicos son una muy buena opción. No hace falta que contrates a un profesional, ya que lo puedes hacer tú mismo. Son de fácil aplicación y actualmente existen unos diseños y unas calidades tan extraordinarias que nada tienen que envidiar a otro tipo de suelos. Los hay que imitan a la madera, a la piedra e incluso a las baldosas hidráulicas, tan de moda en interiorismo actualmente.

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