Es muy importante que tu zona de trabajo esté en una parte de la casa en la que no tengas continuas interrupciones. Si tienes la posibilidad de tener un altillo o una habitación como despacho habrás ganado en tranquilidad. Huye de los pasillos y de la mesa del comedor. No son sitios cómodos ni para ti ni para el resto de tu familia. Tener el ordenador instalado en la mesa donde se come resta elegancia, aparte de la incomodidad que supone el traslado continuado de tu oficina.
En este caso es muy importante los colores que te van a rodear. Piensa que es un rincón el que vas a estar muchas horas y que necesitas concentración y tranquilidad. El verde es una de las opciones que te planteamos: ayuda a calmar la ansiedad y da un halo de tranquilidad a la estancia. Un papel pintado con motivos que te motiven. ¡La energía positiva es muy importante!
Uno de los puntos más antiestéticos que pude presentar nuestro rincón de trabajo es que parezca una sala de la NASA. Cables y más cables. Hay diferentes maneras de poderlos disimular, pero si lo que también buscas es tener más espacio en tu mesa de trabajo, las cajas para cables son tu mejor aliado. En blanco son un acierto seguro.
La iluminación del sitio donde trabajamos es esencial para sentirnos cómodos y no perjudicarnos la vista. Si es posible elegiremos un sitio de la casa que disfrute de luz natural. Si nos es imposible podemos escoger una lámpara con estilo. Nosotros apostamos por el look industrial. Puedes encontrar algunas de grandes dimensiones que pueden dar un toque muy elegante a tu rincón de trabajo.
¿Por qué no pruebas a hacerte un murete a media altura? ¿O una puerta corredera que esconda el rincón de trabajo? Son dos soluciones arquitectónicas que dan mucho juego. Así tu zona de trabajo quedará a resguardo de miradas indiscretas y son una solución efectiva para cuando quieras desconectar.
Una mesa con estilo puede dar el toque de elegancia que buscas a tu zona de trabajo. ¿Te atreves con un estilo vintage? Busca por rastrillos o alguna tienda. O hasta en alguna aplicación de segunda mano. Un poco de pintura... ¡y a trabajar!
Una oficina en casa ha de ser práctica, pero no tienen que ser impersonal, como muchas grandes oficinas. Busca un toque personal. Unas flores, unas fotografías. ¡Que se note que estás en tu territorio!
¿Te imaginas un rincón de trabajo con vistas? Busca tu ventana preferida de tu casa. La que mejor vistas tenga e instala allí tu zona para trabajar. Si tienes la suerte de vivir cerca de la naturaleza o frente al mar con solo levantar la vista, cargarás pilas.
¿Te gusta tenerlo todo calculado al milímetro? ¿Te chifla el material de escritorio? ¿Disfrutas subrayando, apuntando y dibujando con diferentes rotuladores? Apuesta por tenerlo todo ordenado en una pared y a la vista. Una idea superpráctica. También puedes apostar por el material que simula una pizarra.