Eso sí, no te vuelvas loco añadiendo muebles sin ton ni son, pintando las paredes de colores aleatorios o escogiendo accesorios que no van con el resto de la decoración, por mucho que te gusten. Has de ponerte en el papel de decoradora y preguntarte, ¿qué no haría en mi casa si fuera una profesional del diseño?
Ya lo decía Coco Chanel, “menos es más”. Así que aplícatelo también en la decoración de tu casa. Siempre es mejor comprar pocas cosas de calidad, que atiborrar tu hogar con muchas cosas que se te estropearán al poco tiempo y que no te aportan nada. Solo tener más trastos que limpiar.
Has de ser consciente de cada uno de los elementos que incluyes en la decoración. No comprar por comprar. Cada cosa debe tener su espacio y lugar. Detente en pensar cada vez que veas algo que te gusta. Si encaja con el resto de decoración, si te será útil, si a la larga te seguirá gustando tanto….
Por mucho que esta temporada sean tendencia los listones de madera en la pared, olvídate de usarlos en el salón, en el recibidor, en tu dormitorio y en el cuarto de invitados. Es un recurso genial que crea espacios muy acogedores, pero si lo usas demasiadas veces en tu casa, puede resultar demasiado repetitivo y perderá su encanto.
Igual ocurre con la elección de colores. Evita pintar varias de las paredes con colores muy intensos que solo pueden causarte fatiga visual. O utilizar la misma técnica de pintura decorativa en diferentes estancias. Cada espacio debe tener su propia personalidad. Siguiendo un mismo estilo, pero sin repetir los mismos recursos. Puede resultar visualmente agotador.
Decorar un hogar significa hacerlo a tu imagen y semejanza, con cosas que te gusten y te hagan sentir bien. Un hogar necesita toques personales que indiquen el tipo de persona que vive allí. Si compras un set de muebles, todos iguales, todos del mismo estilo, el resultado resulta aséptico, carente de carácter.
Lo de comprar los muebles del salón a juego con el dormitorio es cosa del pasado. Siempre brillará más una decoración ecléctica en la que tus toques personales y el uso de elementos de diferentes estilos crean ambientes extraordinarios.
Error. La vista a veces nos juega malas pasadas y lo que creíamos un espacio grande en el que te cabe el sofá de tus sueños, se convierte en una pesadilla al llegar a casa y comprobar que no hay espacio suficiente. Es fundamental medir, medir y medir. Incluso dibujar en el suelo el espacio que ocupará cada elemento y jugar con ello, hasta encontrar la combinación perfecta.
Unos elementos que han de estar proporcionados al espacio del que dispones. Porque si colocas una enorme mesa en el comedor, pero no hay casi espacio para las sillas, la estancia parecerá mucho más pequeña de lo que es en realidad. O al revés, si en un gran salón eliges un mini sofá, éste parecerá perderse entre tantos metros cuadrados.
No te engañes, una buena iluminación es clave para conseguir una decoración de diez. Eso de poner solo una luz en el techo y nada más es lo peor que puedes hacer, por mucho que quieras crear ambientes íntimos y acogedores. Lo ideal es una luz general que ilumine la estancia, y después, otros puntos de luz que vayan dirigidos a zonas concretas, para que puedas jugar con ellas.
Si quieres crear ambientes íntimos y acogedores tan solo tendrás que elegir el punto de luz adecuado para dar esa sensación. Y, en los momentos que necesites más luz, siempre tendrás más opciones para no ir a tientas por la casa.
Un espacio bien iluminado da mayor sensación de amplitud. Y si esa luz es natural, mejor que mejor. Así que evita cubrir las ventanas y balcones con cortinas que no dejen que entre esa preciada luz del sol al interior.