Para evitar situaciones como estas, es importante que le impliques en esta sencilla tarea de recoger sus juguetes a diario en lugar de hacerlo siempre tú cuando te sientes desbordada por el desorden. Enseñarle a ordenar es una oportunidad para hacer algo juntos haciéndole ver que esto también forma parte del juego y que puede ser divertido.
El orden -o desorden- de casa también impacta emocionalmente a los peques. Por tanto, darle la responsabilidad de recoger y mantener el orden de sus juguetes, no solo se convertirá en un hábito saludable que le ayudará a sentirse más autónomo, sino que es un punto a favor de su bienestar cuando llegue a la edad adulta. A continuación, te explicamos 6 ideas que te ayudarán con esta tarea.
Un panel de rutinas es un tablero en el que, de manera visual, anotamos las actividades que hay que realizar en un momento determinado en casa: quitarnos los zapatos al llegar, colgar el abrigo en su sitio, llevar la ropa sucia al cesto y recoger los juguetes al acabar.
La idea es que lo construyáis juntos: hazte con un cartón grueso, cartulinas o folios y un montón de colores para dibujar. Marcad todas sus actividades estableciendo el tiempo que vayáis a dedicar a una, incluyendo recoger los juguetes (¡cronometrarlo después será divertido!)
Una vez acabado, cuélgalo en su habitación o en el rincón en el que guarde sus juguetes para que sepa donde acudir cuando no recuerde qué es lo que toca hacer en un momento concreto. Además de ser decorativo y de tener el valor de haberlo hecho juntos, con el panel le ayudas a ser más autónomo y a interiorizar la importancia de hacer las cosas en un orden y de establecer rutinas diarias.
¿Cuántos de los juguetes que guardas ya no se usan? Los peques crecen rápidamente y dejan de lado unos juguetes para usar otros nuevos. Haced juntos una selección y quedaros solo con los que sigue jugando o con los que tengan un valor especial (su primer doudou, un sonajero, la alfombra de juegos…) y dona todo lo demás. No solo liberarás un espacio que vas a necesitar, sino que además le enseñarás a desapegarse de lo material y entenderá la importancia de ceder sus cosas a otros niños cuando ya no las necesite.
Clasifica aquellos juguetes que sí van a quedarse en casa. Crea categorías (peluches, disfraces, coches, muñecas, cuentos) y agrúpalos teniendo en cuenta su criterio para que le resulte más fácil de recordar. Luego, hazte con algunos accesorios de pequeño almacenaje para guardarlos todos juntos: un cesto para los peluches, una mini biblioteca para los cuentos, unas baldas para los coches, o un carrito con ruedas para todo el material de colorear.
Lo ideal es que establezcas un espacio fijo de la casa en el que colocar todos sus juguetes. Si no tiene un cuarto de juegos ni suficiente espacio en su dormitorio, este rincón puede estar en la cocina, en el cuarto de la colada o incluso en el salón. Lo que importa es que siempre sea el mismo lugar para que los peques interioricen la función que tiene ese espacio concreto de la casa.
¡Pónselo fácil! Es importante que los niños sepan dónde está cada cosa. Así es que, otorga un lugar fijo para cada tipo de juego y explícale la importancia de dejarlo siempre allí cuando acabe la hora de jugar. Por ejemplo, todos los juguetes que se agrupan en cajas, van bajo la cama.
Probablemente, en muy poquito tiempo el peque empezará a mezclarlos y deshará el sistema que has preestablecido, pero si cada cosa tiene su lugar te resultará mucho más fácil recolocarlas y hacerle ver que hay cosas que no están en el sitio acordado.
Guarda los juguetes a su altura para que les resulte fácil ordenarlos sin tu ayuda. Deja para las partes altas aquellos juguetes que no utiliza tanto o que tengan piezas con las que pueda dañarse si los manipula él solo.
El objetivo es que tengas un sitio en el que dejar y agrupar todos aquellos juguetes que te vayas encontrando por la casa fuera de su lugar: en el pasillo, en el baño o encima de la mesa a la hora de la cena. Más tarde podrás dárselos al peque -todos de una vez- para que los guarde cuando te pregunte por aquel muñeco que no encuentra.
Puedes utilizar un cesto de mimbre o tela que te guste y que vaya acorde con la decoración de tu casa, especialmente si tienes que dejarlo fuera del rincón de los juguetes. Además de ser un elemento decorativo, el cesto te ayudará a reforzar la idea de que es necesario colocar las cosas en su lugar para saber siempre dónde están.
