Y es que, por lo que afecta al diseño interior, existen múltiples factores que condicionan cómo nos sentimos en el dormitorio. Los colores, los niveles de luz o la distribución del mobiliario son capaces de generar sensación de calma y favorecer la conciliación del sueño.
De entre estos elementos, la cama que escojas será determinante para tu descanso. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que la mayoría de las personas dan mucha importancia al colchón que escogen -y, con algo de suerte, también a la almohada- pero relegan a un segundo plano la elección de la estructura de cama y se olvidan de que esta es la responsable de optimizar las características del colchón.
La base de la cama es el cimiento de un buen descanso. La decisión que tomes con respecto al tipo de estructura tiene que tener en cuenta cómo es tu cuerpo (edad y condiciones físicas), pero también las características de tu dormitorio (horas de sol, humedad ambiental, etc.). A grandes rasgos, podemos decir que existen dos tipos de estructuras: somieres y canapés. Para ayudarte a decidir entre una u otra, te detallamos las características y ventajas de cada una.
Un somier es una estructura de cama sobre patas compuesta por un arco exterior y unas láminas que soportan el peso del colchón. Los materiales más habituales son la madera y el metal. ¡Ahí van las ventajas de optar por un somier!
También con almacenaje. En el habla corriente, utilizamos el término “somier” por contraposición al canapé, para referirnos a una estructura de cama que, a priori, no cuenta con espacio de almacenaje inferior. Sin embargo, existen múltiples variedades de somier, de entre las que se incluyen las estructuras de cama con cajones inferiores (con guías o con ruedas).
¿Problemas de espalda? Existe una amplísima gama de somieres, de entre los que puedes encontrar somieres articulados que permiten adoptar varias posiciones ajustando su altura e inclinación. Se trata de una opción muy práctica para las personas que sufren alguna dolencia.
Una salud de hierro para tu colchón. Los somieres permiten una perfecta transpiración del colchón, lo que los protege de humedades y de la aparición de ácaros. Esto es especialmente interesante si sufres de alergias y necesitas mantener la salud de tu colchón en condiciones óptimas. Decántate por un somier si vives en una zona con un clima muy húmedo.
¡La opción de los minimalistas! Recuerda la máxima del minimalismo: a menores cosas, menor necesidad de espacio y menor obligatoriedad de cuidarlas. No necesitas introducir en casa un almacenaje extra si no lo necesitas realmente. Si todo lo que tienes en casa tiene un valor, un porqué y, como consecuencia, un lugar, decántate por un somier. Recuerda: di no a los “por si acaso”.
Ligereza visual. Las estructuras de cama con somier son muy ligeras visualmente -sobre todo si las patas son altas-, lo que las hace ideales para dormitorios de pocos metros cuadrados. Esto te permite introducir una cama doble amplia sin que la estancia se vea abarrotada.
Un canapé es una base de cama formada por un cajón de madera y una tapa abatible sobre la que descansa el colchón. ¡Ahí van las ventajas de optar por un canapé!
Un armario en horizontal: ¿Te imaginas tener un armario en horizontal? Un canapé te permite ganar un espacio de almacenaje amplísimo (y muy discreto) sin restarte metros cuadrados de suelo en otro espacio de la casa. Es el lugar idóneo para guardar la ropa de cama de otras temporadas que ocupan demasiado en tu armario ropero.
Fácil de manipular: los canapés suelen contar con un sistema de bisagras hidráulicas que hace que levantar la tapa sea muy cómodo. A diferencia de otros tipos de almacenaje de cama -como los cajones, por ejemplo-, no tendrás que soportar el peso de todo lo que guardas cuando necesites abrirlo. Resulta muy cómodo y manejable.
Optimiza el grado de firmeza del colchón. Generalmente, las tapas de los canapés están formadas por una plancha de madera tapizada o no. Su rigidez aporta una base sólida al colchón que garantiza su grado de firmeza.
Va a durar mucho mucho. Se trata de un mueble robusto al que no se le suele dar el mismo uso que a un armario convencional, por lo que tienden a durar muchos años: optimizarás la inversión, ¡prometido!
