Puertas correderas: pros y contras

No lo negaremos, las puertas correderas quedan geniales en las fotografías de decoración. Pero, ¿realmente son tan estupendas como aparentan o también tienen sus inconvenientes? Si estás pensando en poner alguna o más de una en tu casa, esto te interesa. Analizamos sus pros y sus contras.
Publicado por Marta Parareda · 27 de febrero de 2023
Puertas correderas: pros y contras

Aparentemente, las puertas correderas se presentan como una de las soluciones más geniales para aprovechar el espacio. Toda esa zona que necesitas para abrir una puerta, con ellas no es necesaria. Ganas un espacio muy preciado si tu casa no es muy grande. Si tu hogar es tan pequeño que necesitas aprovechar cada centímetro de los que dispones. Pero, no siempre son tan maravillosas.

Ventajas de las puertas correderas

1. Más allá de ser perfectas para ganar un poquito más de espacio en algunas habitaciones que así lo necesitan, con ellas puedes dar continuidad visual a dos estancias, fusionando ambos espacios y consiguiendo una mayor sensación de amplitud. Son perfectas para separar un salón de un comedor, por ejemplo. Cerrando la puerta entre ambas estancias, cuando se busca privacidad, y abriéndose cuando se quiere comunicar ambas salas.

Solo debes tener en cuenta que, para que visualmente sea efectivo, además de que las dos estancias están conjuntadas en cuestión de suelo y altura de los techos, la puerta corredera debe ser más ancha de lo habitual, con una altura también amplia para que el efecto de combinar las dos habitaciones resulte efectiva y atractiva, y no parezca tan solo una puerta más abierta. 

2. Por supuesto, también optimizan el espacio en lugares pequeños. Ocupan mucho menos espacio, con lo cual son perfectas para separar vestidores de dormitorio o para aquellos baños tan minúsculos en los que es imprescindible aprovechar cada rincón o en aquellos en los que abrir una puerta normal significa tropezarse con el inodoro o el lavamanos.

Sin embargo, no es cuestión de que te vuelvas loco instalando puertas correderas en todas las habitaciones de tu casa, por aquello de ahorrar espacio. No todo es favorable para ellas.

Desventajas de las puertas correderas

1. Son puertas que no son tan herméticas como las abatibles. Por tanto, si necesitas que la estancia sea silenciosa, alejada del ajetreo del resto de la casa, es mejor que no optes por ellas. En un dormitorio, donde quieres dormir y descansar, o en un despacho, donde quieres trabajar, pueden ser totalmente desaconsejables.

Del mismo modo por sus rendijas se escapará también la calefacción o el aire acondicionado, en el caso de no los tengas centralizados y cada habitación cuente con su climatología independiente.

2. Además no son tan fáciles de manipular como una puerta abatible. Solo imagínate saliendo de la cocina con las manos ocupadas. Con una puerta normal puedes ayudarte de los codos o los pies para abrir la puerta, mientras que la puerta corredera ergonómicamente te lo hace más complicado.

3. Otra de las cosas a tener en cuenta es que, en el caso de una puerta corredera empotrada entre dos paredes, no puedes usar la pared en la que se empotra la hoja para pasar ningún tipo de instalación, ni colgar nada en ellas. Ello puede ser un gran inconveniente en el caso de los baños o cocinas donde es necesario contar con instalación de agua, por ejemplo.

4. Del mismo modo, en el caso de puertas correderas con riel exterior, también debes contar con el espacio que ocupará la puerta al abrirse deslizándose por la pared. Esa pared quedará totalmente inutilizada para colocar cualquier mueble o para colgar cuadros, espejos o estanterías, ya que al abrirse chocaría con ellos.

5. Por último, pero no menos importante, el precio de su colocación es más elevado. No tanto por la puerta en sí, cuyo material es el mismo en todo tipo de puertas, como por la instalación de su premarco, algo más trabajoso que unas simples bisagras.

Así que, antes de decidirte por unas puertas correderas, estudia dónde las quieres poner y si realmente ganarás algo con ellas.  Está claro que estéticamente son una maravilla y está muy de moda, pero ¿son prácticas para tus necesidades?

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