Además de ahorrarte tiempo -siempre sabrás donde está aquello que buscas-, un ambiente ordenado tiene la capacidad de aportar la serenidad y la claridad mental que precisas para enfrentarte a los retos del día a día y de devolverte la calma después de una jornada frenética. Siendo así, ordenar nuestra casa se convierte en un ritual de autocuidado que incide positivamente en nuestro bienestar y el de nuestra familia. No suena mal, ¿verdad?
Cada una de nosotras tiene una idea diferente sobre lo que es el orden. Por eso, no se trata de que busques y te adaptes a ningún método de organización concreto. Lo más sencillo es que empieces por deshacerte de lo que ya no usas (puedes regalarlo, intercambiarlo, venderlo o desecharlo) y buscar el sistema de almacenaje más adecuado para todo aquello que decidas que sí merece ocupar un espacio en tu casa.
Una vez hecho esto, recuerda aquello de “un lugar para cosa y cada cosa en su lugar”: decide dónde vas a ubicarlas y crea el hábito de dejarlas siempre en su sitio cuando ya no vayas a usarlas. Muy probablemente, tendrás que hacerte con algunos artículos de almacenaje. Las premisas para comprarlos son las siguientes:
Lo decíamos al principio: llegar a casa y soltar en cualquier parte lo que llevamos encima se convertirá en un problema a la mañana siguiente. Utiliza un burro para colgar chaquetas, abrigos, bolsos y mochilas del cole. La tendencia es colocarlos en el recibidor para darles este uso, pero también son el complemento ideal para ganar un pelín de almacenaje en el vestidor. Si los colocas en el dormitorio, te servirán para colgar la ropa de dormir o incluso para dejar los cojines de cama si te haces con un modelo con baldas.
Los hay de tantos tamaños y diseños diferentes que seguro encontrarás alguno que te guste y al que puedas darle uso. Pueden servirte para colocar bien las toallas en el baño o como cesto para la ropa sucia, para dejar las esterillas y accesorios de yoga, ordenar libros y revistas, la leña de la chimenea e incluso utilizar uno con una base amplia como soporte para el árbol de Navidad. ¡Las posibilidades son casi infinitas!
Son una pieza todoterreno a la que seguro darás un uso intensivo: las ruedas te permiten moverlo con facilidad y reubicarlo donde quieras. Colócalo al lado de tu escritorio para guardar el material de oficina y tener la mesa siempre despejada para trabajar cómodamente. O úsalo para crear un mini-rincón con las cosas del desayuno (bols, tazas, café, cereales…). Incluso puede servirte como pequeña librería o como mesita de noche. Además, en momentos puntuales, puedes usarlo como auxiliar para servir la mesa el día que haya muchos invitados en casa. ¿Qué más se puede pedir?
Son una solución muy práctica si necesitas almacenaje extra pero no te sobra el espacio. Cuando tengas que cambiar el sofá, la cama o añadir asientos extra en el salón, opta siempre por piezas que contengan un espacio de almacenaje. Úsalos para guardar todo aquello que prefieras que no esté a la vista: las sábanas y almohadas del sofá cama en un canapé, los pijamas en un banquito con almacenaje a pie de cama, o los peluches de los peques en un puf con tapa.
Tener plantas en casa no es solo una moda: son el elemento que nos permite reconectar con la naturaleza aún si vivimos en el centro de la ciudad. La mejor forma de plantaterapia es tener a mano todo lo que necesitas para cuidar de ellas. Hazte con una buena estantería para plantas: no solo contienen maceteros a distintos niveles, sino que te quedará espacio para tus pequeñas herramientas, libros y revistas. Todo ordenado y ¡a disfrutar!
Y ahora, ¡manos a la obra! No lo olvides: el tiempo que dedicas a ordenar tu casa es siempre una inversión en una vida más organizada y, por tanto, más calmada y más feliz.