Detrás de esas imágenes hay, con toda probabilidad, un trabajo por parte del propietario -y de los profesionales que le hayan echado una mano en el proceso- para dejar la vivienda en óptimas condiciones y mostrarte todo su potencial. En realidad, a ese trabajo se le llama home staging y se trata de una técnica de venta aplicada al mercado inmobiliario con la que se consigue mejorar el estado global de la vivienda y presentarla de forma atractiva con el objetivo de acelerar el proceso de alquiler o venta y hacerlo por un precio justo para ambas partes.
Si estás ahora al otro lado y tienes una vivienda de propiedad que quieres alquilar, no te inquietes ante la enorme oferta de viviendas -¡ahora competidores!- que hay en el mercado. Siéntate un momentito y lee lo que te contamos aquí abajo: se trata de una mini guía que te invita a reflexionar sobre los motivos que pueden hacer que tu propiedad se alquile de seguida o que, por contra, se ralentice su comercialización. Analiza punto por punto y luego ponte manos a la obra. ¿Preparada?
Retira de la vista todo aquello que hace que los espacios hablen de ti y de las personas que, hasta ahora, convivíais en ellos (fotografías, libros..). Podría decirse que se trata de realizar el proceso inverso al que realizaste al decorar tu casa cuando te mudaste allí. El objetivo es, como decíamos ahí arriba, facilitar que las personas que visiten la vivienda puedan imaginarse a sí mismos viviendo allí. Y es que, todos esos objetos que para ti tienen un gran valor dificultan -sin que te des cuenta y de forma inconsciente- que las visitas reconozcan ese espacio como propio.
¡Por cierto! El ejercicio de dar marcha atrás en el tiempo y despersonalizar tu casa va a ayudarte, también, a desvincularte emocionalmente de ella.
Eres la persona que mejor conoce la vivienda y, por tanto, no hay nadie mejor que tú para decidir qué es eso que la hace tan especial y potenciarlo al máximo. Piensa en qué tipo de personas crees que son las más adecuadas para tu vivir allí: ¿alguien joven que busca su primera vivienda? ¿Una pareja con niños pequeños? Decídelo y adecúa la casa para ellos. El objetivo es ayudar a las visitas a construir mentalmente su vida allí. Por ejemplo, si se trata de un profesional freelance, crea una zona de trabajo. Si crees que será una pareja con un peque, crea un rincón de juegos.
Facilítales el trabajo de imaginar cómo será su vida en casa si alquilan tu vivienda. Piensa que a la mayoría de las personas les cuesta visualizar el potencial de un espacio vacío, así es que, siempre dentro de tus posibilidades, amuebla las estancias para que perciban las posibilidades reales de la vivienda. Puedes recurrir a muebles sencillos o de segunda mano.
Coge papel y lápiz y revisa el estado de la vivienda habitación por habitación anotando todo aquello que esté roto o deteriorado. Luego repara esos pequeños desperfectos o recurre a un profesional si no puedes hacerlo tú misma. El objetivo de esta tarea es evitar que te pidan una rebaja en el precio y que puedas alquilar la vivienda por el importe que consideras justo.
Realiza una primera limpieza a fondo de toda la vivienda y asegúrate de eliminar posibles malos olores. Luego, crea una rutina de limpieza sencilla que te permita mantenerla limpia, ordenada y ventilada durante el tiempo que dure el proceso de alquiler sin demasiado esfuerzo. Es muy importante que las visitas estén cómodas y sientan que pueden crear un hogar saludable y confortable en ese espacio.
Antes de disparar piensa en lo siguiente: lo que necesita ver alguien interesado en alquilar una vivienda son los espacios en sí. Por tanto, haz fotografías generales que muestren las estancias en su totalidad. No hagas fotos de detalles como el sofá, un mueble o un objeto deco bonito, ya que no aportan nada a la hora tomar la decisión de escoger una vivienda para alquilar.
¡Ah! Evita que en las fotos aparezcan elementos que indiquen el momento del año en que hiciste las fotos (por ejemplo, un árbol de Navidad), ya que de ese modo estás dando pistas del tiempo que lleva la vivienda en el mercado, lo cual puede no interesarte.
El día de la visita, ve un ratito antes para ventilar la casa, encender las luces e intentar que la temperatura sea agradable: el objetivo es que los potenciales arrendatarios sientan que entran en un espacio confortable y saludable. Déjales pasear a solas por su futuro hogar y, simplemente, confía.