Siempre es mejor que una casa esté decorada, a que no tenga ni un solo mueble. Los clientes al entrar en un espacio con decoración ya se pueden hacer una idea de cómo vivirán allí. Si se encuentran con un espacio vacío, será más difícil que se imaginen que aquello puede ser su nuevo hogar. Una buena decoración ayuda a vender viviendas más rápidamente y posiblemente por un precio más alto. Así que tenlo en cuenta.
Puede que creas que tu decoración es maravillosa y que no necesitas hacer ningún cambio para venderla o alquilarla. Sin embargo, siempre es mejor tener en cuenta algunos aspectos, para asegurarte que el piso se vende rápido y por el máximo valor posible.
Es importante que la decoración esté despersonalizada. A los nuevos futuros inquilinos no les interesa ver en el salón las fotos de toda la familia, ni los trabajos manuales de los niños. Debes despojar la decoración de todo aquello que os relacione a los miembros de la familia. Vamos, ha de ser una decoración neutra, de revista, totalmente impersonal.
Haz que tu propiedad destaque ante posibles compradores o inquilinos con el servicio de diseño de interiores para profesionales de Livitum. Se ocupan de todo, desde del diseño con un diseñador profesional y en 3D hasta la adquisición del mobiliario y la entrega y montaje de los muebles.
También es importante que la casa esté limpia y ordenada. Por muy bonita que sea tu vivienda, por muy grande que sea el espacio del que dispone y la distribución sea perfecta, puede ahuyentar a los compradores si lo que ve es caótico, con desorden en cada estancia y trastos por doquier.
También es importante despojarse de todo aquello que no aporte nada. Ya sea muebles u objetos decorativos que solo ocupan espacio. Como decía Coco Chanel, menos es más. Así que además de aplicártelo a la moda, debes incorporar ese concepto a la decoración de tu casa, si lo que quieres es venderla rápido.
Es otro de los factores a tener en cuenta. La iluminación de una casa es sumamente importante para crear espacios amplios y luminosos.
Si los posibles compradores entran en una casa que resulta oscura y lúgubre, saldrán pitando, sin apenas haber visto una habitación. Ilumina cada una de las estancias adecuadamente y en su justa medida. Tampoco queremos la iluminación de un estadio de fútbol en el salón.
Tu vivienda es un producto que quieres vender, así que has de potenciar sus cualidades y esconder sus defectos. Procura resaltar sus atributos. Y si, por ejemplo, cuentas con un gran ventanal, evita taparlo con un gran sofá o elementos decorativos de por medio. Lúcelo en todo su esplendor y que el comprador vea la gran entrada de luz natural con la que cuenta su posible nuevo hogar.
El comprador tiene que llevarse una muy buena impresión de tu piso de un solo vistazo. Ha de sentir que éste es hogareño y acogedor. Así que no escatimes en añadir accesorios que puedan potenciar esas características. Por ejemplo, coloca plantas aquí y allí, que siempre son bienvenidas. Piensa en alguna manta y cojines para el sofá. O añade algún libro en la mesilla de noche.
A poco que puedas, repara todos aquellos desperfectos que te sean posibles. Esos cajones que no cierran de la cocina o ese desconchón de la pintura del pasillo. Esos pequeños detalles y desperfectos pueden hacer que se pierda una venta.
Siempre que puedas, dale una mano de pintura a las paredes para dar una mayor sensación de limpieza y pulcritud. Y si además, a ti te gustaban los colores llamativos, piensa en repintarlas de colores más neutros, que gusten a un abanico más amplio de gente. Piensa en blanco, en beige o un gris claro. Son más susceptibles de agradar a más gente, que un amarillo chillón o un rojo pasión.