Los factores que hemos enumerado aquí arriba afectan a la percepción que tenemos de ese objeto en concreto y de toda la decoración en sí, generando en nosotros sensaciones positivas o negativas. Siendo así, debemos ser muy cuidadosas a la hora de introducir en casa un elemento que tenga mucho peso visual, ya que puede sobrecargar el ambiente y, en consecuencia, generar sensación de desorden e incomodidad. Para que esto no suceda, ten en cuenta los cuatro tips que enumeramos a continuación y disfruta de un espacio visualmente limpio y equilibrado.
Imagina que tienes en el salón una gran librería repleta de libros de diferentes tamaños y colores, mezclados con algún que otro marco de fotos, algún recuerdo de un viaje y un jarrón con flores. Seguramente, te parecerá que todos esos objetos colocados casi al azar sobrecargan el ambiente o, lo que es lo mismo, tienen demasiado peso visual.
Disminuir el número de objetos a la vista, no solo es un ejercicio mentalmente gratificante, sino que te ayudará a aligerar la estancia: recuerda que las superficies vacías contribuyen a disminuir -y mucho- el ruido visual. Evalúa, objeto por objeto, cuál es el lugar que le corresponde en casa: si crees que no es necesario que esté a la vista porque no lo utilizas mucho o no es especialmente bonito o valioso para ti, colócalo en una caja o cajón de fácil acceso pero fuera de la visa.
Antes de comprar y colocar un mueble, hay algunas características en las que puedes fijarte para saber si va a pesar mucho o no en la estancia en la que vas a colocarlo. Ten en cuenta que:
los muebles, volados -es decir, colgados de la pared- o con patas altas pesan menos;
los muebles sin trasera (como, por ejemplo, una gran librería) son visualmente más ligeros
las mesas, cómodas y puertas de armario de cristal, de malla de gallinero o de rejilla ofrecen la misma funcionalidad pero restan peso visual al mueble;
las piezas de mayor volumen -como el sofá, la cama o una librería alta-, pesan menos apoyados sobre una pared que colocados en el centro de la sala;
los muebles muy voluminosos -como el armario ropero- pueden mimetizarse pintándolos del mismo color de las paredes.
Poder moverte con comodidad por casa sin tener que salvar obstáculos es uno de los aspectos que más favorece la sensación de orden. Cuando no puedes circular libremente, el acceso a una ventana es difícil porque hay mil objetos delante suyo o no puedes abrir del todo una puerta porque el perchero está a rebosar, tienes la sensación de que el ambiente está sobrecargado y te sientes incómoda.
Siendo así, es importante que mantengas siempre despejadas las zonas de paso y los accesos. Zonificar es especialmente importante en las estancias multifuncionales -como un salón comedor, los dormitorios con vestidor o las habitaciones juveniles- y debes procurar que una zona no invada nunca la otra. Esto te ayudará a despejar el ambiente y a que todo parezca más ligero.
¿Te has fijado en cómo se colocan los productos en las estanterías de los supermercados? Dicen que compramos aquello que queda a la altura de nuestros ojos porque consiguen llamar más fácilmente nuestra atención. En casa pasa algo parecido: aquello que queda a nuestra altura es lo que atrae más rápidamente nuestra mirada.
Siendo así, para que el peso de una estancia disminuya, es importante que los objetos más pesados queden por debajo de la altura de nuestros ojos. Esto es muy sencillo de aplicar en el caso de la cama o en el sofá, pero también debes tenerlo en cuenta cuando compres un armario, una alacena o quieras colgar en la pared baldas para libros o un auxiliar de almacenaje en altura. Piensa en dónde vas a colocarlo y, si queda por encima de tu vista, asegúrate de que se trate de piezas ligeras y de no sobrecargarlas de objetos. De esta forma limitarás la cantidad de estímulos y, en consecuencia, conseguirás un ambiente más ligero y sereno.