Puedes empezar por la terraza, por aquello de que si el resultado no es del todo óptimo, al menos quedará en el exterior. Puedes conseguir todo un conjunto de muebles de exterior con tan solo unos cuantos palets. Coloca un par en ángulo y atorníllalos, líjalos bien para evitar astillas y colocar sobre ellos un hermoso cojín. Et voilà! Tendrás un comodísimo sillón. Acaba de rematar el conjunto con otro palet al que le puedes colocar cuatro ruedas a modo de patas y un cristal encima para convertirla en una bonita mesa de centro.
Si te has cansado de las cortinas de tu habitación, no hace faltas tirarlas. Puedes añadirle una puntilla en el bajo hecha de ganchillo o en el lateral y tendrás una cortina nueva.
Una labor que veíamos hacer a nuestras abuelas y que ahora ha vuelto con muchas ganas. Con ella puedes transformar cualquier insulso objeto en algo muy chic. Cubre con ganchillo un tarro de cristal y conviértelo en el jarrón más original, lázate a tejer y a tejer para hacer una colección de cojines que darán color a tu sofá o fabrica tú mismo un tapete de crochet para usar como salvamanteles y decorar tu mesa en esa cena tan especial.
¿Cansada de ver los antiguos muebles de madera de la cocina? Dales un poco de color con una mano de pintura. No te olvides de cambiar los pomos y tiradores. Solo con estos dos cambios, tendrás una cocina nueva.
Alguna de las puertas puedes pintarla con pintura de pizarra y convertirla en el mejor lugar donde apuntar la compra.
Las cajas de vino que cada año te regalan por Navidad, que has ido almacenando a lo largo de los años sin saber muy bien por qué, ahora pueden serte útiles. Solo debes colgarlas estratégicamente en las paredes de tu despacho y tendrás una magnífica estantería donde guardar todos tus libros y recuerdos. No olvides lijarlas para quitarles el posible barniz y pintarlas todas de un mismo color para homogeneizar el conjunto.
Ese mueble heredado de tu abuela en el que ella guardaba su mejor vajilla, puede convertirse en la alacena más pro de tu cocina. Primero debes deshacerte de su color madera oscura. Aplícale un bonito color pastel, colócale unos divertidos tiradores y la pared del fondo empapélala con un estampado floral. Llénala de tarros vintage, también reciclados, de cestas de mimbre o de tus galletas preferidas.
Si por casa encuentras tejidos blancos que ya no usas, como manteles o sábanas, puedes darles una nueva vida convirtiéndolos en los cojines o fulares para el sofá más trending del momento, con un estampado tie-dye. Puedes teñirlo tú mismo en casa. Tan solo necesitas unas gomas elásticas, sales y pintura para tejidos.
Si eres un artista, también pueden aprovechar tus mejores dibujos o acuarelas para decorar el salón o el pasillo. Si lo tuyo no es el arte, puedes crear cuadros con telas de diferentes estampados o incluso dejar los marcos vacíos. Dependiendo de la composición que hagas en la pared, el resultado puede ser sorprendente.
Colocar diferentes tapas de ollas que te han quedado desparejadas en la pared de la cocina, le dará un toque genial. ¿Y qué me dices de tu colección de sombreros? Úsalos a modo de cuadros decorativos en el recibidor.