Si quieres tener un entorno relajado, que no te estrese, no puede existir el desorden en tu vida ni la suciedad. Si entras en una habitación en la que todo está fuera de su sitio, con ropa amontonada, libros tirados por todas partes o los platos sin fregar en el fregadero, tus niveles de estrés seguro que se acrecientan.
Procura tener tu casa limpia y todo ordenado. Utiliza cajas y cestas para organizarlo todo. De esta forma te será mucho más sencillo encontrar lo que necesitas, al tiempo que tus nervios se relajarán.
Es buena idea que, con el cambio de temporada, te desprendas de esas cosas viejas, estropeadas o que ya no te gustan, para vaciar el espacio y dejar lugar para que entren cosas nuevas que te hagan sentir mejor.
La máxima de la decoración emocional es que te sientas a gusto en tu casa. Por eso es fundamental que tengas un espacio propio en el que desarrollar tus hobbies y aficiones. Eso vale tanto para ti, como para el resto de la familia. Es bueno que cada uno tenga un espacio al que pueda acudir y encontrar en él esa sensación de bienestar que provocan las cosas que te gustan.
No hace falta que sea toda una habitación. Puede ser un rincón de lectura, una mesa de manualidades o esa butaca del salón en la que gozas de las mejores siestas.
Procura que la distribución de los muebles y de los elementos decorativos sea la adecuada, para evitar encontrarte con cosas que entorpezcan la fluidez del espacio. La decoración emocional está muy ligada a las emociones y a las sensaciones. Así que no hay nada peor que tener que ir sorteando obstáculos en tu propia casa, que te hagan sentir mal.
También es muy importante la iluminación que debes elegir en tu casa para sentirte más a gusto. Por supuesto, no hay nada que te haga sentir mejor que la luz del sol. Por eso, aprovéchala al máximo siempre que puedas.
Sin embargo, por la noche la cosa cambia. A diferencia de lo que muchos piensan, que la luz fría es la más parecida a la luz natural, ésta resulta demasiado aséptica y fría. Es preferible decantarse por una luz más cálida que dé a la estancia un ambiente más acogedor. Además, es bueno colocar más de un punto de luz, para poder jugar con ellos y conseguir la luz adecuada para cada ocasión.
Los colores son unos grandes aliados de las emociones. Provocan alegría, relajan o proyectan espiritualidad, según el tono elegido.
Así que no dudes en elegir aquellos colores que te hagan sentir mejor. Ya sea porque te transmiten aquella emoción que quieres o porque son los que más te gustan.
En un hogar con decoración emocional nunca deben faltar las plantas. Aportan color, alegría y ese pedacito de naturaleza que siempre te hace sentir bien. Su único problema es que debes cuidarlas. Pero incluso eso, también puede ayudarte a sentirte bien. No hay nada mejor que ver cómo crecen y florecen gracias a tus cuidados.
Un lugar que debe ser tu refugio, debe denotar cómo eres. Así que no dudes en incorporar algunos toques de tu personalidad a tu decoración. Te harán sentir genial.
Añade alguna fotografía de tus viajes, esas manualidades que tanto te costaron acabar, una de tus obras de arte para demostrar al mundo el gran artista que eres, o esos objetos que te hacen sentir. Como tu colección de libros, por ser un gran lector, o esa hélice de avioneta, colgada como decoración, que demuestra tu amor por la aviación y volar.