Una especie que crece en pastos muy altos de la región de Brasil, Uruguay y Argentina, cuyos plumeros secos se han convertido en un must de la decoración de esta temporada. Su ventaja es que no necesitan agua, ni sol. Además, su color tierra, beige o marrón, combina a la perfección con cualquier decoración. Ya sea un estilo minimalista, boho, rústico o nórdico. Encaja en cualquier lugar y aportan calidez a cualquier estancia.
Para que luzcan más bonitas si cabe de lo que son, existen algunos truquillos. Por ejemplo, para que las plumas queden más abiertas y pomposas, dale un poco de aire frío a contrapelo con el secador, desde una distancia prudencial y con poca potencia. Mientras que si quieres preservarlas durante más tiempo, sin que dejen un poco de pelo o se caiga alguna rama, pulveriza un poco de laca sobre ellas desde un poco de distancia. De este modo, pueden durar incluso años sin que se estropeen un ápice.
Las pampas secas son tan suaves y delicadas que aportan mucha paz allá donde las pongas. Por eso son perfectas para poner un ramillete en tu habitación.
Existen de tantas formas y tamaños que puedes elegir la que mejor se ajuste a ese rincón olvidado de tu habitación, en el que no sabes qué poner. Sitúalas en un gran jarrón de cerámica en el suelo y aportarán calidez a la estancia sin querer.
También quedan geniales en el salón. En un jarrón de cristal o de barro le dará un toque rústico a la sala. Puedes combinarlas con otras flores secas para crear un centro floral perfecto, para tu mesa rinconera o para situar en la chimenea cuando no la usas.
Las pampas secas fueron muy populares en la decoración del siglo XIX, pero ahora han vuelto con fuerza. Primero aparecieron en la decoración de eventos, pero poco a poco se han ido incorporando a nuestro hogar. Así que atrévete a utilizarlas tú también para decorar tu mesa en una cena especial o en una reunión con amigos. Solo debes dejar volar tu creatividad. Seguro que consigues sorprender a tus invitados.
Para aquellos recibidores pequeños en los que no cabe ningún mueble, las pampas secas pueden ser la solución para decorar con pocos elementos. Colócalas en una cesta de mimbre o en un bonito jarrón de cristal sobre el suelo y no necesitarás prácticamente nada más. También puedes optar por pampas secas más pequeñas y hacer un bonito bouquet para colocar sobre una estantería. No necesitan sol para lucir perfectas, así que son ideales para recibidores con poca luz.
Al ser unas plantas de aspecto tan suave y delicado, aportan una calma que va genial en las zonas de trabajo. Además, si teletrabajas y las reuniones virtuales se han convertido en un imprescindible en tu vida, unas pampas secas pueden ser el fondo decorativo perfecto en tus videollamadas. Serás la envidia de tus compañeros de trabajo, de una forma simple y muy sencilla.
Si tienes la suerte de tener un jardín o una terraza, puedes plantar Cortadería Selloana y abastecerte de sus plumeros siempre que quieras. Además, decorarán tu jardín hasta que decidas cortarlos y secarlos, para utilizarlos en tu decoración interior. Es una planta muy fuerte que se adapta a terrenos difíciles, pero le gusta el sol y crece mejor en las zonas de entre sombras.
En un lugar cubierto, como un porche o una terraza techada, también puedes colocar pampas secas en una gran tinaja de barro, para decorar ese rincón entre el sofá de mimbre y la pared. Quedará genial y le dará un aspecto muy chillout al lugar si las combinas con cojines de colores y alguna vela.