Cómo ordenar tus platos, vasos y tazas

El objetivo de organizar bien la vajilla y la cristalería es doble: optimizar el espacio interior de los armarios de cocina y, lo más importante, tener siempre a mano lo que más utilizas en el día a día. La cocina es un espacio con un uso intensivo y continuado por lo que es especialmente importante que establezcas un lugar fijo para cada cosa y que, además, crees el hábito de devolverla a su sitio una vez ya no vayas a usarla.
Publicado por Margarida Muñoz · 30 de marzo de 2023
Cómo ordenar tus platos, vasos y tazas

La manera más fácil de conseguirlo es que el almacenaje sea cómodo y que no tengas que apartar mil cacharros para llegar a la taza con la que te gusta desayunar por la mañana.

1. Paso previo: protege los muebles

Antes de colocar la vajilla y la cristalería, cubre el mueble con una alfombrilla protectora transparente. Se vende por rollos, por lo que vas a poder adaptarla a todos los armarios cortándola a la medida de cada uno. El objetivo de este paso previo es doble: por un lado, proteger los muebles de rayaduras y de la humedad que haya podido quedar en los platos o vasos. Por otro, asegurarte de que los platos no se muevan al abrir o cerrar el cajón en caso de que vayas a guardarlos en una gaveta.  

Asegúrate de guardar siempre los platos y vasos completamente secos. Si quedan restos de humedad al sacarlos del lavavajillas o si lavas a mano, sécalos con una paño de microfibra suave antes de colocarlos en su sitio: no solo alargarás su vida útil y eliminarás los restos de cal de los vasos, sinó que evitarás los malos olores tanto en la misma pieza -¿hay algo más desagradable que beber de un vaso que no huele bien?- como en el interior de los armarios.

2. Todo a mano

La única premisa imprescindible es que todo aquello que utilices a diario esté a mano y, sobre todo, que sea fácil acceder a cualquier pieza. Deja un pequeño espacio entre ellas para que no se toquen y puedan dañarse. Entre la última pieza y la parte superior del mueble o del siguiente estante deja un espacio de entre 10 y 15 cm para que puedas meter la mano para coger lo que necesites, especialmente aquello que quede más al fondo.

3. Los platos, apilados

Apilados y por tamaño: esta es la mejor manera de organizar la vajilla. Haz tres pilas: una para los platos llanos, otra para los hondos y una tercera para los de postre. Lo ideal es que las coloques una junto a la otra y en el mismo armario. En caso de que no tengas el suficiente espacio, puedes aprovechar la altura del mueble utilizando un estante divisorio: coloca en la base del mueble los platos llanos (son los que suelen pesar más) y, sobre el estante, los de postre.  

Si los guardas en una gaveta, hazte con un accesorio platero con pernos separadores para evitar que los platos se muevan dentro del cajón al abrirlo o cerrarlo, choquen entre sí. 

4. Los vasos, mejor en hileras

Organiza los vasos en fila colocando al fondo los de mayor altura: si pones los vasos más bajitos en la parte de delante, tendrás un huequecito para sacar por encima los que queden por la parte de detrás.

Lo ideal es que no los apiles uno dentro del otro, especialmente si el cristal es muy fino. Si lo haces, es muy fácil que se rayen y, al poco tiempo, notarás que han perdido el brillo original.

5. ¿Quieres dejar las tazas a la vista?

Como en el caso de los vasos, lo preferible es que coloques las tazas en hileras y cada una sobre su plato. Aún así, si necesitas apilarlas, puedes hacerlo de dos en dos haciéndolas encajar la una sobre la otra, pero procura no hacer torres con ellas: serán inestables y es muy muy fácil que con un pequeño golpe se caigan y se dañen.

Por lo general, es preferible que el menaje esté guardado en muebles para que no quede expuesto al polvo. Sin embargo, con las tazas más bonitas y que uses a menudo puedes hacer una excepción: colocadas a la vista dan a la cocina esa sensación de “casa vivida” que aporta calidez a una estancia funcional como esta. Puedes ponerlas cerca de la cafetera o la tetera junto con una bandejita con los cafés, las infusiones o el cacao y crear con ellas una mini-zona de desayunos.

Si te apetece, puedes hacerlo siguiendo alguna de estas tres ideas:

  • Colocando un soporte para colgar: si tienes baldas vistas en la cocina, coloca en una de ellas un soporte para tazas. Tienen forma de pinza y solo tienes que deslizarlo hacia el fondo del estante. Algunos de ellos llevan un pequeño tornillo con el que fijarlo a la balda, pero también los hay sin él. Antes de colocar las tazas, asegúrate del peso que puede aguantar.

  • Colocando en la encimera un soporte de sobremesa: los hay de metal (los negros están muy muy de moda) y en madera. Estos soportes tienen, también, espacio para colocar los platitos de las tazas.  

  • Instalando una barra con ganchos directamente a la pared: esta opción es facilísima, sencilla y bonita. Solo tienes que colgar una barra para accesorios de cocina en la pared y unos ganchos específicos para tazas, ¡nada más! Puedes colgar de la barra algún otro accesorio, como una cestita en la que colocar los sobres de las infusiones o los filtros de té, por ejemplo.

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