Antes de lanzarte a comprar, plántate en el balcón y analiza el espacio de la misma manera que lo harías en el interior. Además de las medidas y de analizar la forma del espacio disponible, hay dos aspectos que tienes que tener especialmente en cuenta al decorar exteriores:
la orientación y el clima. Saber en qué horas tienes más luz en casa te ayudará a saber cuál es la mejor ubicación para los muebles y si necesitas algún elemento con el que refrescar el ambiente (un toldo, una sombrilla, una alfombra, un dosel…);
las instalaciones disponibles. Tener instalación de electricidad o no tenerla determinará el tipo de iluminación que vas a poder utilizar
Empieza fijándote en cómo es el suelo. Cuando el espacio es pequeño, lo ideal es buscar la continuidad entre el interior y el exterior. Con toda probabilidad, el suelo de tu balconcito o terraza será distinto al del interior. No te preocupes: la idea es que vayas a buscar elementos comunes en cuanto a materiales, colores o tonalidades con los que buscar esa conexión interior-exterior que genera una mayor sensación de amplitud.Por ejemplo: si en casa el suelo es de color gris claro, empieza por cubrir el suelo con una alfombra apta para exteriores de un color y tonalidad similar. Recuerda que los cambios en el pavimento empequeñecen visualmente el espacio, por lo que con este truco no solo tendrás una buena base con la que empezar a trabajar, sino que ¡te parecerá que tu balcón ha crecido!
Aprovecha las ventajas de tener un balcón con barandilla y ¡no lo tapes! La visión del horizonte también va a ayudarte a crear sensación de amplitud. No te preocupes por la privacidad, el mobiliario y los diferentes elementos decorativos que colocarás atenuarán la visión desde fuera de tu balcón.
Puedes aprovechar la barandilla para colocar algún elemento funcional como, por ejemplo, una pequeña mesa plegable. También puedes usarla como soporte para colgar algunas macetas o una guirnalda apta para exteriores que te ayude a crear una atmósfera de intimidad cuando caiga el sol.
… ¡pero no necesariamente plegable! Si no es imprescindible, no utilices mobiliario plegable. Lo ideal, si el espacio lo permite, es que dejes el mobiliario en un lugar fijo y que no tengas que andar plegando y desplegando: ¡póntelo fácil! Sí es importante que se adecúe a lo que realmente necesitas y que, si no cabe todo, priorices. ¿Te apetece leer en la terracita y convertirla en un rincón de relax o prefieres montar un mini-comedor para cenar durante el verano?
Busca aquello que se adapte a ti y a las medidas disponibles. Si, por ejemplo, quieres crear un mini-chill out pero no te cabe un sofá, puedes crearlo con unos cojines de suelo bien mullidos. Opta por un modelo en color crudo y súmale color colocando varios cojines en forma de respaldo. Coloca un velador a modo de mesita auxiliar, un dosel al más puro estilo boho y ¡llistos!
Aprovecha las paredes para decorar. La decoración es vertical, no ocupa espacio y ayuda a cerrar el ambiente, consiguiendo sensación de intimidad. Para no estropear las paredes, puedes colocar una celosía metálica y colgar de ella algunas plantas pero, también, algunos objetos deco de tendencia: platos decorativos, objetos en fibras naturales, una guirnalda de luz…
Coloca un aplique para exteriores -con o sin instalación- para crear una iluminación tenue pero general. Luego, suma unas guirnaldas de luz: son una opción fantástica y un elemento decorativo en sí mismas con las que, además de iluminar, podrás crear la atmósfera adecuada para las noches de verano. Suma unas velas y distribúyelas en torno a las zonas de uso (el comedor, la zona de asientos…): puedes ponerlas en un farolillo, en un portavelas de cristal o incluso en una macetita.