Son una muy buena solución. Los clavos metálicos se sustituyen por tiras adhesivas con cadenas de polímero flexibles que forman eslabones en U con la pared. Después basta con adherir la otra sección en la parte trasera del cuadro o el espejo y ajustarla a la parte de la pared. Si no lo alineas bien o no te gusta en la posición que los has colocado, puedes eliminarlos fácilmente y volverlos a colocar, porque son reutilizables.
Son una buena solución para paredes de yeso, madera o pladur. Se trata de unos pequeños ganchos metálicos que contienen un par de puntas afiladas que se sujetan firmemente a cualquier muro. Son capaces de aguantar hasta ocho kilos. Así que si colocas uno a cada extremo del cuadro, no pasa nada si éste pesa hasta 16 kilos. Son fáciles de instalar. No necesitas herramientas y también dejan poco rastro en la pared, si en algún momento decides cambiar la disposición de tus cuadros.
Una de las opciones más sencillas para colgar objetos en las paredes sin taladrar es usar unas tiras especiales para cuadros, que consisten en dos tiras que debes unir por su parte frontal. Una de ellas la debes colocar en el objeto que quieres colgar y la otra en la pared. Si te equivocas, no hay problema. Para quitarlas, cuentan con una lengüeta que las despega limpiamente de donde estén.
Una versión más simple de lo anterior es utilizar cinta adhesiva de doble cara. Tan solo debes colocar la cinta en la parte trasera del cuadro y hacer presión en la pared hasta que se pegue. Su único problema es que no aguanta tanto peso como las opciones anteriores. Pero si es un espejo o un cuadro pequeño, que no supere el kilo de peso, puede ser una solución rápida y eficaz. Procura elegir una cinta adhesiva de doble cara del color de la pared o transparente, para evitar que se vea.
Es una cinta parecida a la anterior, con la particularidad que ésta está fabricada para sustituir a los clavos y, por tanto, es extrafuerte. Permite colgar cosas de mucho peso con ella, incluso pequeños electrodomésticos o lámparas. Además, tiene la ventaja que puedes usarla en todo tipo de paredes, azulejos, madera, metal, plásticos o mármol.
También puedes utilizar las perchas adhesivas de toda la vida. Aquellas que seguramente has utilizado para colgar el trapo de la cocina o la toalla del baño. Solo has de mirar que su adhesivo resista el peso del cuadro o el espejo que quieres colgar. Si es así es una opción fácil y sencilla que te ahorrará tener que taladrar.
Son unos ganchos que se deben clavar en la pared. Sin embargo, su ventaja es que su clavija es tan pequeña que no daña el muro. Si los retiras, el agujero es tan pequeño que resulta imperceptible. Eso sí, para usarlos deberás ser un poco manitas, ya que requieren de un martillo para clavarlos. No aguantan mucho peso, pero las puedes colocar en madera, paredes sólidas y hormigón.
Si aún con todas estas opciones a tu disposición no te ves capaz de colgar tus cuadros o espejos, te queda una última opción. No los cuelgues, apóyalos en alguna estantería, sobre un mueble o en la repisa de la chimenea. Ahora está muy de moda. Así que nadie se dará cuenta que lo has hecho intencionadamente, porque eres incapaz de colgar un cuadro.