Nos confiesa que le encanta decorar con cuadros, así es que le hemos pedido algunos consejos para que puedas aplicarlos tú misma y crear composiciones como una profesional. ¿Vemos sus propuestas?
Sobre la cama y sin sobrepasar el ancho del cabecero, los cuadros ayudan a enfatizar la sensación de verticalidad y, por tanto, de amplitud. Recuerda esta premisa: las líneas verticales crean la ilusión de tener los techos más altos, mientras que las líneas horizontales ensanchan visualmente la estancia.
Si a esto le sumas una composición con dos cuadritos gemelos, conseguirás que la estancia se vea ordenada, equilibrada y no recargada. Fíjate en la propuesta de Patricia: ha colocado dos cuadros con el mismo marco en madera y un gran paspartú que enmarca una bonita estampación floral. No son muy grandes (50 x 50 cm) pero lo suficiente como para crear los efectos que buscamos: verticalidad, orden y armonía.
Lo decíamos justo aquí arriba, uno de los efectos que podemos conseguir con los cuadros es el de una mayor sensación de verticalidad. Esto es especialmente interesante cuando necesitamos “levantar” visualmente algún elemento de una estancia como, por ejemplo, un mueble bajo: sobre el aparador del comedor son un acierto seguro.
Para alcanzar la anchura total de mueble, en este proyecto se ha optado por colocar un tríptico de tela multicolor: son una opción muy versátil porque te permite modificar la distancia entre ellos hasta llenar el tramo de pared que necesites vestir. El efecto es de una sola imagen, pero más dinámica y ligera que la que consigues con un único cuadro de las mismas dimensiones.
to es a lo que Patricia llama “composición en tetris”: consiste en colocar cuadros de diversos tamaños haciéndolos encajar unos con otros. Lo divertido de esta idea es que, igual que en el Tetris, puedes ir jugando a crear combinaciones para conseguir diferentes efectos. La única norma es respetar el espacio delimitado para los cuadros.
En este caso, Patricia ha utilizado esta composición para decorar el paño rectangular de pared que quedaba libre sobre un radiador. Se han usado tres cuadros pequeños del mismo tamaño colocados uno sobre el otro y otros dos de diferentes tamaños. Al ser de temáticas diferentes y para no correr el riesgo de que se viese desordenado, todos los marcos son iguales. De esta manera se consigue mantener la sensación de orden.
¡Por cierto! Este tipo de composición es muy muy útil para decorar paredes irregulares o con techos a diferentes alturas, como una buhardilla o el hueco de las escaleras.
Lo decíamos al principio: es muy importante que todos los cuadros que forman la composición tengan un nexo en común. En este caso, se ha optado por la temática: todas las láminas se refieren al fauvismo o muestran obras de Henri Matisse, su máximo exponente. Este tipo de composición te permite contar una historia dedicando una pared al completo a hablar sobre algo que aprecies o disfrutes especialmente.
De nuevo, se han utilizado los mismos marcos en color negro y se han colocado las seis láminas respetando la distancia entre ellas, tanto a los lados como en altura. De esta forma, aún introduciendo varios cuadros, mantendrás una impecable sensación de orden y equilibrio.
Este tipo de composición consiste en combinar los cuadros de dos en dos y alternarlos a lo largo de la pared. En este caso se han escogido dos cuadros alargados que se han colocado en vertical y en paralelo y se les han sumado otros dos -cuadrangulares y de menor formato- colocados entre ellos uno sobre el otro. Es una forma sencilla de hacer una combinación de cuadros pero dinámica y ¡con mucho estilo!