La madera puede ser muy cálida y estar muy de moda, pero es mucho mejor que no la acerques a la humedad. Una estantería o un mueble de madera, para guardar todos los enseres de tu baño, situado junto a una ducha o una bañera, de manera que puede mojarse muy fácilmente, puede acabar estropeada muy rápidamente.
La única solución es usar maderas de exterior que aguantan mucho mejor la humedad o darle una imprimación que soporte los envites del agua. Sin embargo, has de tener en cuenta que muy práctico no es, ya que cada cierto tiempo deberás volver a imprimirlo y barnizar.
Sabemos que una estantería en el baño es muy práctica. Y no, no te pedimos que prescindas de ella, pero sí que la coloques en una zona en la que la humedad no le vaya tan directa. En la pared opuesta del lavabo e incluso sobre el inodoro.
Los espejos son unos grandes aliados de la decoración, pero no de las cocinas. Aunque ayuden a reflejar la luz, aunque consigan agrandar espacios, olvídate de ellos en una zona de trabajo como la cocina, en la que la combinación de grasa y vapor del cocinado solo ayudará a que cualquier huella quede marcada fácilmente.
Ni se te ocurra hacerlos servir como frontal, ni mucho menos en las puertas de los armarios. Te pasarás el día limpiando y, aún así, no conseguirás que tu cocina esté totalmente impoluta.
Cualquier habitación infantil debe ser pensada y diseñada con sumo cuidado. Allí es donde los más pequeños de la casa pasan muchas horas y, por tanto, debe ser un espacio seguro.
Sabemos que para los niños, eso de subirse y encaramarse a lo más alto, es una tentación difícil de ahuyentar, así que evita todo tipo de muebles que les pueda llamar la atención.
Las estanterías son muy prácticas para guardar sus cuentos y sus juguetes, pero también son una escalera al cielo. Así que no olvides anclarlas correctamente a la pared para evitar que tanto el mueble como su contenido se les caigan encima.
Las estanterías son el ejemplo más claro, pero eso también vale para cualquier otro mueble que instales en la habitación infantil. Debe ser un espacio seguro, que minimice al máximo los riesgos. A pesar de ello, posiblemente, tus hijos tendrán algún que otro traspié, pero es mejor no tentar a la suerte.
Elige muebles acordes a su edad, con cantos redondeados y preferiblemente ajustados a su tamaño, para que así puedan disfrutar de ellos con más comodidad. Que ellos puedan llegar a sus libros, a su ropa o a sus juguetes fácilmente. Así evitarás que se suban a los muebles para alcanzar lo que desean.
En el caso de la iluminación tampoco todo vale. No es lo mismo iluminar un dormitorio, al que vas a relajarte y dormir, que una zona de trabajo como un despacho, donde trabajas.
Una iluminación excesiva en el dormitorio puede provocar que tu ritmo vital se resienta y te impida conciliar el sueño como es debido. Es mucho mejor una luz tenue y suave, que invite al descanso. Si necesitas luz para leer, utiliza una lámpara focal que ilumine el libro, pero poco más. No queremos que te despiertes demasiado y no consigas descansar como te mereces.
Por el contrario, en una zona de trabajo no debes usar una luz ambiente muy atenuada. En tu oficina, al contrario que en tu dormitorio, necesitas estar activo y, por tanto, necesitas una luz más viva. Además, necesitas una iluminación más puntual que te enfoque la zona del trabajo, para evitar cansar tus ojos y perder la vista en el intento.