Pequeños detalles, aquí y allí, que sin querer se vuelven imprescindibles en tu decoración, aportando color, delimitando espacios o decorando como ningún otro elemento lo hace.
Una buena iluminación es imprescindible para un buen diseño de interiores, así que ten cuidado con su elección. Lo mejor es optar por una iluminación general y luego apostar por otros elementos más puntuales que aporten luz más focal a un espacio concreto. Su funcionalidad es imprescindible, pero también es importante que su estilo sea acorde con el resto de la decoración.
Un bonito colgante sobre la mesa del comedor, una espectacular lámpara de pie en el salón o un práctico flexo en tu despacho, son fundamentales para convertir tu casa en el espacio funcional y acogedor que necesitas.
Las casas cada vez están más abiertas. Eso es bueno, porque aporta una amplitud difícil de conseguir con espacios compartimentados. Sin embargo, en ocasiones necesitan de elementos que delimiten los espacios. Y una de las mejores opciones son las alfombras.
Además de aportar calidez y textura, ayudan a que la zona del comedor o la del salón queden separadas, por ejemplo. O que en la habitación de los niños, quede clara la zona de descanso, de las de juego.
No hace falta que sea un Picasso o un Miró, pero una buena obra de arte o una lámina con cierta presencia siempre ayuda a elevar la decoración de aquella sala en la que se encuentra. Si es muy especial, no dudes en darle protagonismo, incluso iluminar como se merece.
Las plantas nos traen la naturaleza al interior, pero también decoran como pocos elementos. Aportan color y refrescan el ambiente. Y no me negarás que quedan bien allá donde las pongas. Ellas solo necesitan un poquito de luz, que las riegues de vez en cuando y las mimes siempre que puedas. A cambio, elevarán tu decoración sin pretenderlo, ya sea en el salón, en la cocina o en tu cuarto de baño.
Son otro elemento imprescindible de nuestro hogar. Y más en un país en el que el sol está tan presente. Ayudan a regular la luz, al tiempo que estéticamente también ayuda a tu decoración. No hay nada peor que una ventana completamente desnuda.
Además, son de esos elementos que puedes cambiar, según sea la temporada. Más gruesas, cuando el frío aprieta. Más ligeras, cuando llega el calor.
Son los accesorios con los que mejor podrás seguir las tendencias. Los puedes cambiar siempre que quieras. No suponen un gran desembolso. Desde poner cojines con estampados florales, que tanto se llevan esta temporada, y cambiarlos por el color preferido de la próxima, a manteles preciosos para tu mesa, mantas calentitas para tu sofá, toallas o ropa de cama.
Siempre debes procurar que combinen con la decoración de la estancia en la que se encuentran. Algo que no te resultará difícil si optas por una gama cromática similar o muy contrastada, y si los otros elementos de la estancia son relativamente neutros.
Que tu casa parezca una de revista es bueno. Pero si no quieres que sea una más, es fundamental que añadas algo personal a tu decoración. Hablamos de recuerdos que demuestran que ese es tu hogar. Esas fotos de tus viajes enmarcadas en el pasillo, esa preciosa vajilla heredada de tu abuela, ese jarrón que te regaló tu madre… Es importante que personalices tu casa, con tus colores preferidos, tu estilo, pero también con objetos que innegablemente demuestran que allí vives tú.