Es una de las opciones más socorridas y también de lo más efectiva. Puedes combinar estantes abiertos con estantes cerrados, jugar con cestas y cajas, y aprovechar cada centímetro para almacenaje, más allá de colocar tus libros.
Quedan geniales ocupando toda la pared y de suelo a techo. Además, tienen las ventaja que no necesita de mucha profundidad, por lo le quitan muchos metros a la habitación. Con contar con 30 o 35 cm de fondo ya es suficiente para albergar tus posesiones más preciadas, tus recuerdos de viajes y tus fotos más queridas.
Si tienes la suerte de tener un techo muy alto, aprovéchalo y haz que la librería llegue hasta arriba de todo. Para poder acceder a tus enseres de arriba del todo, nada mejor que colocar una escalera metálica o de madera junto a los estantes. Además de ser práctica, será un elemento decorativo impactante que atraerá todas las miradas.
Son una de las mejores opciones para añadir almacenaje sin que ocupe espacio en el suelo, ni entorpezca el paso.
Cualquier estante es bienvenido a cualquier habitación. Ya sea en el baño para colocar los champús y geles junto a la ducha, en la cocina para añadir almacenaje a los muebles, en la habitación de los niños para dejar sus juguetes o en el pasillo para colocar algunos libros, al tiempo que lo decoras.
Son otros grandes aliados de la decoración en vertical. Se cuelgan en la pared o en las puertas y te ayudan a guardar tus bolsos o tus chaquetas sin perder espacio. Son ideales, por ejemplo, en un recibidor pequeño. Con un par de colgadores y una pequeña balda puedes conseguir un espacio muy funcional y chic a la vez.
Son perfectas para aquellas habitaciones infantiles o juveniles que no tienen espacio suficiente como para poner la cama y un escritorio donde estudiar. Colocando la cama en la parte alta de la habitación doblas su espacio, al incorporar el escritorio bajo ésta, por ejemplo.
Es lo mismo que las literas. Mejor poner una cama sobre la otra, que un par de camas, una junto a la otra, si no cuentas con mucho espacio y el poco que tienes prefieres que sea para que los niños jueguen.
La elevación de las camas despeja el suelo, consiguiendo que la estancia parezca mucho más grande y funcionalmente sea mucho más práctica.
En el dormitorio principal hay también muchas opciones de almacenaje vertical si la habitación tiene metros escasos. Empezando por incorporar almacenaje bajo la cama con un canapé abatible, y terminando por llevar los armarios a toda la pared del cabecero. Es lo que se llama estructura tipo puente sobre la cama, que consiste en incorporar muebles por encima del cabecero y en sus laterales, enmarcando la cama. No tendrás vestidor, pero espacio para guardar tu ropa, no te ganará nadie.
El espacio desaprovechado del techo del pasillo o el distribuidor puede ser tu salvavidas para guardar todo aquello que usas solo una vez al año y nunca sabes dónde ponerlo. Unos altillos, aunque sean de poca altura, van geniales para esconder los adornos navideños, las botas de esquí o las maletas de tus viajes.
También puedes aprovechar el espacio que queda entre las puertas y el techo para ser creativo y conseguir más almacenaje. Puedes colocar una estantería de pared a pared, e incluso continuar con el armario que tienes junto a la puerta. Es un hueco que no se utiliza y que no te entorpece para nada el espacio.
Dependiendo de la estancia, puedes incorporar a la estantería alguna planta, libros o cajas decorativas repletas de recuerdos.
