Una de esas pequeñas cosas es tener una buena planificación en diseño de interiores. Para empezar, toma nota de estos cinco trucos decorativos que pueden ayudarte en tu ahorro de energía.
Utiliza todo lo que puedas la luz natural que entra por tus ventanas. Mientras luzca el sol, no será necesario que enciendas la luz y, por tanto, ahorrarás. Hay ideas decorativas que te ayudan a maximizar esa luz, incluso en aquellas habitaciones más oscuras.
Pinta las paredes de tonos claros. El blanco, el beige y el crema son capaces de multiplicar el reflejo de la luz hasta un 80%, así que no te dé miedo usarlos. De igual modo, utiliza espejos, ya que colocados estratégicamente pueden reflejar la luz y hacerla llegar a esos rincones más oscuros.
No entorpezcas la entrada de luz con objetos grandes situados frente a las ventanas y balcones. Y procura utilizar cortinas translúcidas que dejen pasar esa luz natural.
Los electrodomésticos nuevos gastan mucho menos que los viejos, así que apuesta por actualizarlos. Piensa en ello como en una inversión, ya que a la larga lo agradecerás. Adquiere modelos nuevos con etiqueta ecológica A+ que son mucho más eficientes y consumen menos.
Una práctica que también puedes utilizar en tus bombillas. Cambia por luces Led que harán disminuir considerablemente tu factura energética. En el mercado hay lámparas maravillosas con este tipo de iluminación que, además de ahorrar, permitirán renovar y modernizar tu decoración.
No dejes que se escape el calor de tu hogar por las ventanas ni por las paredes. Sustituye tus viejas ventanas por otras más eficientes, con cristales dobles y con cierre hermético. Pero, si no te es posible, utiliza cortinas con un tejido lo suficientemente grueso para que funcionen como aislante.
Es importante que también juegues con el calor que te proporciona el sol que entra por las ventanas. Utiliza persianas, estores y toldos para jugar con ellas, en función de la climatología exterior. Cuando luzca el sol, deje que penetre en el interior de tu hogar. Cuando se vaya, ciérralo todo para que no se escape toda la energía solar acumulada durante el día.
En las paredes, haz lo mismo. Aíslalas. Sobre todo, las que dan al exterior. Una buena opción es utilizar madera para panelarlas, añadir alguna moldura de yeso o utilizar algún tapiz a modo de decoración. Todo para que el calor no se escape, ahora que se acerca el invierno.
El suelo es tan importante como las paredes a la hora de guardar el calor que necesitaremos para estar calentitos en casa este invierno. La tarima de madera es el mejor aislante, ya que en verano resulta fresca y en invierno está calentita.
Si tienes la suerte de tener suelo radiante para usar con calefacción o quieres instalarlo, lo mejor es utilizar suelo de porcelana o de piedra, ya que estos materiales son mejores conductores de calor y proporcionarán una temperatura más alta en tu hogar con menor consumo.
Está claro que una buena funda nórdica en la cama es fundamental para no tener frío en las heladas noches de invierno. Evita mantener encendida la calefacción durante la noche para ahorrar energía. Además, puedes cambiar su funda tantas veces quieras, en función de la decoración de tu habitación.
En el salón, no olvides una suave manta para el sofá. Esas tardes de domingo de invierno viendo una película con alguien especial no son lo mismo si uno no está bajo una manta. El frío puede ser la excusa perfecta para acurrucarse más junto a la pareja.
Y no olvides las alfombras. Son el mejor aislante y una fuente de calor para tus pies. Ponlas donde se te ocurra, serán bienvenidas. En la entrada para recibir a tus invitados y mostrar la calidez de tu casa, en el salón, en la habitación de los niños para que puedan jugar sin preocuparte de que vayan descalzos por el piso, al salir de la ducha o junto a tu cama para usarlas nada más levantarte. Tus pies desnudos en invierno lo agradecerán.