Visualiza tu nuevo salón y ponte manos a la obra teniendo en cuenta lo siguiente:
Reutiliza y reubica. ¿Qué cosas tienes ya en casa y puedes reaprovechar? Quizás no las tengas en el salón, así es que date una vuelta por la casa y mira si hay algo que pueda servirte: una lámpara de sobremesa que no uses para colocarla sobre la mesita auxiliar, puedes llevar los cojines de cama al sofá o reconvertir los tarros de cristal que tienes en la cocina y que nunca usas en portavelas o jarrones.
Hazte un presupuesto. No salgas de compras antes de tener muy claro de cuánto dinero dispones para invertir en tu nuevo salón. Lo importante es no gastar de más en cosas que no vayan a tener un uso intensivo. Reserva un porcentaje mayor para las piezas que más utilices y que necesites que sean resistentes además de bonitas.
El ejemplo más claro es el sofá. Sin embargo, quizás eres una gran lectora y necesitas de una gran librería que soporte mucho peso o soy muchos en casa y necesitas un mueble con mucho almacenaje. Piensa en las necesidades del día a día en casa y prioriza los gastos. Reserva la menor cantidad para aquello algún capricho deco de tendencia que sabes que, en breve, querrás sustituir por otro más actual.
Compras básicas, versátiles y atemporales. Compra con cabeza y no te lleves a casa lo primero que encuentres y que te guste. Piensa bien en si lo necesitas y en si la inversión vale la pena: valora su uso real en tu día a día y su durabilidad para no tener que volver a gastar en lo mismo al poco tiempo. Si es posible, escoge piezas versátiles y con un diseño atemporal que puedas reutilizar si, en un tiempo, quieres darle otra vuelta al salón.
Presta atención a los pequeños detalles. Unas velas, tus libros preferidos a la vista, una foto que te recuerde algún momento especial sobre la mesita auxiliar… Estos pequeños detalles son los que suponen un menor gasto pero te hacen sentir mejor en casa. Por tanto, no llenes el salón de cosas que no te aportan nada: coloca únicamente aquello que tenga un valor real para ti y te haga sentir bien.
Si necesitas renovar el sofá, asegúrate de que se ajusta a lo que necesitas en cuanto a medidas y funcionalidad. No compres un sofá muy grande si vives sola o en pareja: opta por un modelo más pequeño y completa la estancia con algún asiento extra, como una butaca o un par de cojines de suelo: es más económico y te ayuda a zonificar el espacio. En cuanto a la tapicería, una buena opción es la chenilla: se trata de un tejido resistente y fácil de mantener, con un aspecto aterciopelado muy elegante y agradable al tacto que va bien con cualquier estilo.
Este sofá de Kave Home es de 2 plazas de color beige y patas en acabado negro. Si el sofá que tienes está en buenas condiciones de uso o no te va bien realizar esa inversión ahora, una muy buena opción es cambiar las fundas: te dará la sensación de que estrenas sofá gastando mucho menos. Tienes 3 opciones: encargar una funda a medida, optar por una funda ajustable universal o, sencillamente, colocar un multiusos que cubra asiento y respaldo. La decisión no depende únicamente del presupuesto, sino también de tu estilo deco: ¿buscas una estética más actual o prefieres darle un toque romántico?
Los textiles son un arma muy muy poderosa a la hora de decorar: ¡no los menosprecies! Hazte con una gran alfombra de fibras vegetales: además de ser económicas, aportan mucha calidez a la estancia y combinan con todo. Suma al sofá una mantita de tacto agradable y déjala caer sobre el brazo. Luego, coloca varios cojines que tengan un buen relleno para que den sensación de confort y juega a combinar varias texturas, colores y estampados.
Pon unas cortinas en tonos claros o con un estampado muy sutil y de caída ligera. Si quieres, también puedes añadir un puf en el lado opuesto al sofá para cerrar el espacio del salón. Suma al conjunto un cesto de mimbre en el que poner algunas mantas o usarlo como revistero y ¡listos!
Este salón destaca por una alfombra de pelo largo color beige de Benuta. Colgar el televisor es una muy buena alternativa para integrarlo en el salón sin necesidad de comprar un mueble específico para este uso. Además, con el televisor suspendido conseguirás un ambiente más despejado y una mayor sensación de orden.
Si necesitas un espacio de apoyo o de almacenaje en esta zona, es mejor que coloques una balda suspendida bajo el televisor o un banco. Si te decides por el banco, además, conseguirás un asiento extra. Son más económicos que un mueble tv, dan un toque de estilo y el espacio se ve menos recargado.
Coloca a un lado del sofá una lámpara de pie con el brazo flexible y regulable. Una lámpara tipo flexo es un 2x1: podrás dirigir la luz según el momento: dirige el haz de luz hacia abajo para leer o coser y hacia arriba para conseguir una luz indirecta y crear un ambiente más íntimo.
En este salón se ha incorporado una lámpara de pie con 2 pantallas. Las plantas son unas aliadas perfectas para decorar con poco presupuesto: purifican el aire, aportan frescura al ambiente, son bonitas y hay muchas especies que requieren muy poquitos cuidados. La dracaena, la hidra, los cactus y suculentas o el aloe vera son especies muy económicas y resistentes. Puedes colocarlas en el suelo con un macetero de mimbre, sobre la mesita auxiliar del sofá o colgadas en un macetero de pared. ¡Son un acierto seguro!
