Aunque tu casa sea pequeña, siempre encontrarás un rincón donde poner un árbol de Navidad. Debes adaptarlo al tamaño del lugar en el que los situarás. Un árbol demasiado grande puede abarrotar la habitación sin necesidad. Si resulta un poco pequeño, siempre puedes colocarlo sobre una mesa auxiliar.
No es necesario que esté en el salón. Puede ser una buena idea situarlo en el recibidor, para dar la bienvenida a los invitados o en la sala de juego de los niños para que se diviertan cambiando los adornos a su antojo durante estas fiestas.
No olvides adornarlo. Las típicas bolas de siempre están bien, pero si quieres ser más original, apuesta por adornos más originales, hechos de origami, por ejemplo, de madera o de formas diversas tejidas utilizando la técnica del patchwork. Debajo, envuelve cajas a modo de regalo, hasta el día que los sustituyas por los de verdad.
En una fiesta en la que una de los eventos principales es la comida familiar, en torno a una gran mesa, es fundamental decorarla como es debido. Lo ideal es centrarse en un par de colores, máximo tres, para que quede elegante. Usa un mantel bonito y, a partir de su tono, incorpora el resto de elementos. Puedes rematarla con velas en el centro, con el nombre de cada uno de los comensales con tarjetas originales e incluso decorando cada una de las sillas con un detalle navideño.
Las coronas de Navidad son siempre una buena idea. Son muy versátiles, ya que puedes colocarlas en cualquier parte, que siempre quedarán bien. En la puerta de entrada para dar la bienvenida o para dar a conocer a tus vecinos que en tu casa se celebra la Navidad. También puedes colgarla en cualquier pared del salón, del comedor o del recibidor. E incluso en el cabecero de tu cama. Puedes utilizarlas también como centros de mesa, situando en su interior algunas velas u otros adornos navideños.
La decoración actual apuesta por la sostenibilidad, así que busca una corona de aspecto natural, realizada con materiales reciclados o atrévete a hacerla tú mismo con los restos de abetos y plantas que has recogido en tu paseo por el bosque.
No tienes porqué cargar la casa de adornos. A veces, solo con añadir pequeños detalles, ya se nota que la Navidad está presente. Puedes colocar cojines con motivos navideños, de colores rojos y verdes e incluso de estampados de cuadros que siempre nos recuerdan la época del año en la que estamos.
Cualquier estancia de la casa puede ser decorada con algún tejido que te traslade a la Navidad. Como con ese trapo de cocina con estampado de renos, el jabón del lavabo en forma de árbol de navidad, la manta del sofá con motivos invernales o los calcetines de lana colgados de la chimenea o la ventana del salón.
Otras cosa que pueden aportar a la decoración de tu casa ese toque navideño son pequeños adornos esparcidos aquí y allí en estanterías, mesas o muebles. Como esos renos de madera comprados en Oslo o la figura de Santa Claus que te regalaron el año anterior como presente del amigo invisible.
Las cestas con flores de Pascua o con ramas de abetos también son una buena opción para decorar aquellos rincones más olvidados del salón. Puedes colgar bolas de la barra de las cortinas o crear guirnaldas con tus hijos que luego situarás frente a la ventana. Usa el reciclaje para crear objetos únicos. Solo deja fluir tu imaginación.