Cuatro puntos básicos que no debes hacer si decides decorar tú mismo una habitación, o incluso, toda la casa.
Lo más importante en el diseño de interiores es la funcionalidad del espacio y el aprovechamiento del mismo. Cada rincón es útil y necesario, y más, si tu casa cuenta con metros escasos. Por ello, es fundamental medir concienzudamente la estancia y elegir un mobiliario acorde con esos metros. Nada de atiborrarlo o de elegir muebles enormes para una habitación pequeña. Todo debe estar proporcionado.
Lo mejor es medir con metro. Nada de hacerlo a ojo y pensar que allí cabe el sofá y más allá una mesa de comedor, sin tomar correctamente todas las medidas. Tanto del espacio, como de los elementos que vas a colocar allí. Si quieres visualizarlo mejor, utiliza cinta adhesiva para situar en el suelo el tamaño y las medidas correctas de cada elemento decorativo. De esta forma comprobarás todo lo que te cabe, si es funcional y si estéticamente queda equilibrado.
En una vivienda antigua, que quieres reformar, es siempre buena idea aprovechar algunos de sus elementos característicos y decorar, aunque sea con un estilo moderno, sin eliminar esas partes arquitectónicas que pueden darle un plus a tu decoración.
Es bueno recuperar suelos de mosaico que fueron enterrados bajo un parquet, por ejemplo. O hacer servir esa columna de mitad de la sala para separar el salón del comedor. Es primordial conservar esos elementos que cuentan la historia de esa casa, su pasado. Fundamental en el diseño de interiores, al que le gusta tanto todo aquello que cuenta una historia.
Para hacer cualquier diseño es fundamental tener claro qué estilo se quiere. De nada te servirá si empiezas a mezclar elementos sin ton ni son, que no contribuyan a un estilo determinado. Por supuesto, puedes mezclar un par de estilos, pero siempre con coherencia. Olvídate del eclecticismo. Un estilo demasiado complicado de hacer correctamente, si no se es un experto.
A todos nos gusta unas cosas más que otras. Así que detente a pensar qué quieres. Luego escoge el estilo que se acerca más a aquello que deseas. Seguro que encuentras el que quieres. Una vez elegido, te será más fácil hacer un diseño bonito y acertado. Si no, el resultado puede ser un batiburrillo de cosas, puestas en la habitación sin ton ni son que no te llevan a nada, solo al caos.
Una decoración puede ser perfecta y maravillosa, pero de nada sirve si no te representa. Tu casa es tu refugio y, por tanto, debe ser un lugar en el que te sientas cómodo y a gusto. Un lugar que desprende cuál es tu personalidad, tus aficiones, tu forma de ser.
La decoración de las revistas es maravillosa, y seguro que te ayudará a inspirarte, pero les falta esa esencia personal. Esos elementos que te indican que en aquella casa vive gente. Unas personas con unas aficiones y unas características determinadas. Una casa, por muy perfecta que sea, si resulta insulsa y aséptica, perderá esa perfección.
El mejor diseño de interiores es aquel que se adapta al lugar, que transmite una historia, que es funcional, a la vez que estéticamente bonito, y sobre todo, que demuestra, de una forma u otra, el tipo de personas que habitan en ese espacio. Partiendo de esos cuatro conceptos que debes evitar, ya tienes la base necesaria para ponerte manos a la obra y empezar a decorar. Si no te sale bien, siempre tendrás la opción de dejarla en manos de profesionales. Ellos saben perfectamente qué deben hacer y qué no, para dejar tu casa perfecta.