En definitiva, un espacio de bienestar que nos ayude a enfocarnos en aquellas actividades que estemos realizando y que nos permita recuperar la calma y descansar cómodamente al final del día. Te suenan todas estas ideas, ¿verdad?
En esta serie de Mujeres pioneras en el mundo del diseño de interiores, hoy reivindicamos las figuras de Elsie de Wolfe, Candace Wheeler y Charlotte Perriand. Son 3 mujeres a las que la historia reciente ha concedido el lugar que merecían en la historia del diseño y cuyas vivencias personales nos recuerdan la importancia de poner pasión y empeño en todo lo que hacemos para alcanzar nuestros objetivos ¿No estás deseando conocerlas? ¡Vamos allá!
Apasionada del arte, la cultura y ferviente activista en pro de los derechos de las mujeres, la neoyorquina Candance Wheeler es considerada la primera mujer en aplicar el arte textil al interiorismo a gran escala con una visión empresarial y haciendo de los textiles para interiores un negocio rentable.
Ella misma explicaba que “siempre había dibujado flores con entusiasmo” y que, al hacerlo, consiguió hacerse con una “importante producción como pintora amateur”. Sin embargo, su carácter ambicioso y enérgico la llevó a no aceptar la condición de aficionada en su trabajo y se propuso construir un camino propio: ¡una emprendedora en toda regla!
Su esfuerzo, tenacidad y constancia la llevaron a convertirse en la co-fundadora de la firma Tiffany & Wheeler dedicada al diseño de interiores -¡de entre cuyos proyectos se encuentra la redecoración de la mismísima Casa Blanca!-, mobiliario, papeles pintados, tapices y textiles para el hogar.
De entre su prolífico trabajo destacan los diseños a base de colores y motivos florales inspirados en la naturaleza, especialmente en las especies autóctonas norteamericanas (hiedras, lirios piñas, cardos). Algunos de ellos están expuestos en el The Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Nuestra protagonista siempre trabajó bajo la firme convicción de que, el mundo del diseño, no consiste solo en crear cosas bonitas, sino en diseñar y manufacturar objetos prácticos y asequibles que hagan más cómoda la vida de las personas.
“Lo siento, aquí no bordamos cojines”: esta fue la respuesta de Le Corbusier cuando Perriand se acercó al estudio del arquitecto con la propuesta de diseñar, conjuntamente, viviendas de bajo coste para las entonces llamadas “clases populares”. Esta anécdota -que ella misma explica en el documental Charlotte Perriand. Pioneer in the art of living- no impidió que poco después, impresionado por su trabajo, el arquitecto le pidiese incorporarse a su estudio como “responsable de equipamiento de la habitación”, es decir, del mobiliario y los interiores domésticos.
Perriand es la creadora de diseños icónicos como la Chaise Lounge LC4, la butaca Indochine o el aparador Nuage de Cassina. Sin embargo, su mayor aportación al mundo del interiorismo fue su avanzada -e incluso premonitoria- definición del diseño interior. Apasionada por la cultura japonesa, Perriand apostaba por viviendas decoradas bajo tres premisas: el minimalismo, la naturaleza y la artesanía. Te suenan un montón estos conceptos, ¿verdad?
Reivindicaba la necesidad de democratizar el interiorismo y acercarlo a las clases menos favorecidas, defendiendo la importancia de vivir en un espacio cómodo y funcional. Se la considera la creadora de lo que hoy llamamos “muebles de almacenaje”: piezas funcionales, robustas, perdurables en el tiempo y a precios asequibles con la capacidad de adaptarse al estilo de vida de cada individuo.
Una actriz reinventada profesionalmente y convertida en la primera decoradora de la historia. Elsie de Wolfe se movía en el ambiente aristocrático de la época victoriana, por lo que no es de extrañar que entre sus proyectos más conocidos estén la remodelación de muchas casas de celebrities del momento -como actrices de Hollywood- y personas influyentes en mundo del arte.
Sin embargo, lo que Elsie de Wolfe ha aportado al mundo del diseño es la conciencia del valor que la luz natural tiene en nuestras casas. Bajo el lema “Abrir las puertas y ventanas de América y dejar que el aire y el sol penetren”, la decoradora propugnaba la creación de espacios muy luminosos, despejados y decoradas con colores claros.
En sus proyectos vemos, además, la preocupación por llevar la naturaleza a los interiores: introduce muebles creados con fibras naturales, cortinas de gasa, plantas… Son casas en las que todo pensado para crear ambientes confortables, frescos y que desprenden vitalidad.
¡Por cierto! Elsi de Wolfe fue quien dijo aquello de “Voy a hacer que todo a mi alrededor sea hermoso: esa será mi vida”: una maravillosa declaración de intenciones.