En un piso pequeño puedes tener las mismas comodidades que uno grande. Lo que importa es que tengas en mente los usos concretos que vas a darle a cada una de las estancias: el objetivo es introducir únicamente el mobiliario y equipamiento necesario para que tu piso se convierta en un espacio funcional en el que ni falta ni sobra nada. Luego, tendrás que darle tu toque personal y vestirlo a tu estilo. Para conseguirlo, solo necesitas un poquito de creatividad y echar mano a los recursos que te explicamos a continuación. Ahí van 15 consejos para rentabilizar los metros cuadrados y ampliar visualmente el espacio.
Y si es en blanco, aún mejor, ya que aporta luminosidad. Al hacerlo así, diluyes los límites del espacio y creas un efecto de continuidad que genera sensación de amplitud.
Si vas a reformar, no coloques un suelo distinto en cocina y baño: el cambio de pavimento empequeñece visualmente el espacio. Al igual que pasa con las paredes, un suelo contínuo sin juntas -como el parquet, el microcemento o el vinílico en rollo- favorece la sensación de amplitud haciendo que el espacio parezca más diáfano. Si lo que te gusta es el gres, opta por un diseño rectificado para disminuir el efecto de corte que generan las juntas de las piezas tradicionales.
Los muebles volados -es decir, que van colgados de la pared, como un mueble suspendido de baño o unas baldas a modo de estantería- y aquellos que se apoyan sobre patas son visualmente más ligeros. Tenlo especialmente en cuenta con el mobiliario más voluminoso, como el sofá, una cajonera ¡e incluso los muebles de cocina!
Presta una especial atención a la iluminación: hazlo estancia por estancia y asegúrate de que no queden rincones oscuros. Si los hay, refuerza la iluminación general del techo introduciendo varios puntos de luz dirigida: una lámpara de pie con luz indirecta, un aplique en la pared o incluso puedes colocar una lamparita de sobremesa directamente en el suelo. La luz es un recurso con el que ganar amplitud visual a la vez que das un toque de estilo a las estancias.
Opta por cortinas confeccionadas con tejidos sencillos, ligeros y vaporosos -como el algodón o el lino- y, preferiblemente, en colores neutros o tonos muy claritos que reflejen la luz. Si te apetece más colocar un estor, escoge uno tipo paqueto que, al no tener barillas, permite que la tela se pliegue de una forma más natural.
Generan sensación de desorden y este es el mayor enemigo de los espacios reducidos. Si necesitas un espacio extra de almacenaje, busca una solución alternativa: un canapé de cama o un sofá con espacio para guardar son dos de las mejores opciones.
Ocupan menos que las rectangulares, cuadradas u ovaladas, por lo que las mesas de comedor redondas funcionan especialmente bien en los pisos pequeños: las líneas curvas despejan las zonas de paso, aligeran visualmente el espacio y, al no tener esquinas, ¡te ahorrarás algún que otro golpe!
Substituye la cortina de baño por una mampara con vidrios transparentes y con la mínima perfilería: ganarás profundidad visual y el baño parecerá más grande.
Si sois varias personas viviendo en casa y necesitas varios asientos en el salón, es mejor que coloques un sofá grande -rinconero o con chaise longue- a dos sofás pequeños. Si aún necesitas un asiento extra, recurre a una butaca con un diseño ligero o un puf y colócalo frente al sofá y en un rincón: te ayudará a separar visualmente el salón del comedor.
Decora toda la casa en un único estilo para que el espacio sea armónico. Si te apetece mezclar, hazlo introduciendo alguna pieza especial -como una butaca años ochenta o un cabecero de rejilla- y colócala en un lugar en el que puedas lucirla.
Si en la parte inferior de la cocina ya cuentas con suficiente espacio de almacenaje, aligera la zona superior sustituyendo los muebles cerrados por baldas. Puedes usarlas para colocar tarros de cristal, tazas y libros de cocina. Además de parecer más grande, darás a la cocina un aspecto de “espacio vivido” que la hará mucho más acogedora.
Hazte con algunos soportes y maceteros en mimbre para colgar y ¡llena las paredes de plantas! Son bonitas, purifican el aire y aportan frescura al ambiente.
Te ayudan a ganar profundidad, expanden visualmente el espacio y multiplican la luz. Colocados frente a una puerta, reflejan la totalidad de la estancia al abrirla y parecerá el doble de amplia. Colocados frente a una ventana, dispersan la luz y generan la sensación de espacio abierto.
¿Tienes un pilar en medio del salón? Destácalo y haz de él un recurso con el que zonificar la estancia o cuelga unas baldas para crear una librería en el hueco entre él y la pared. ¡Sé creativa y aprovecha todos los centímetros!
Equipa la cocina con lo necesario, tanto para cocinar como para servir. Apuesta por la calidad y por comprar aquello que realmente te guste y vayas a disfrutar. ¿Por qué sacar la vajilla más bonita solo en ocasiones especiales pudiendo usarla a diario?