Pero, ¡oye!, este tiempo que te dedicas hoy te ayudará a ser más consciente sobre lo que deseas y a tener muy claro por qué te esfuerzas durante el resto del año. Parece una buena inversión, ¿verdad?
Para redactar unos propósitos deco que realmente se cumplan, puedes seguir estas sencillas normas que tal vez recordarás. Por si acaso, ¡ahí van de nuevo!
¿Cómo es tu casa? Reflexiona sobre el momento vital en que te encuentras y en si tu casa se adecúa a tu “aquí y ahora”. Por ejemplo, si estás viviendo un momento de estrés, ¿crees que la distribución, decoración y orden de tu casa te ayudan a relajarte cuando llegas? O, si estás emprendiendo, ¿tienes un lugar en el que trabajar cómodamente, sin distracciones y que te permita mantener la concentración?
Visualiza: Teniendo en cuenta tus respuestas, visualiza como crees que debería ser tu casa para adecuarse a lo que necesitas. ¿Te imaginas tener la cocina limpia y despejada para preparar el desayuno por la mañana y empezar muy bien el día? ¿Te ves practicando en un rinconcito lo que has aprendido en las clases de cerámica?
Papel y lápiz. Apúntalo. Hazlo con todo lujo de detalles, describe cómo será ese espacio y cómo te sentirás estando allí. Y si lo haces en papel, ¡mucho mejor! Dicen que escribir a mano nos ayuda a enfocarnos. Sea como sea, cuando acabes, guárdalo en un lugar que esté siempre visible y que te permita recordar tus motivaciones.
Un propósito requiere un plan de acción. Piensa en cómo vas a cumplir con ese objetivo. No es necesario que lo hagas todo de una vez. De hecho, es más interesante que los desgloses. Ponte fechas y ¡comprométete!
Convierte el baño en un mini-spa
Y no importa el tamaño que tenga, ¡palabra! Basta con que lo construyas teniendo en cuenta que el baño ha pasado de ser un espacio estrictamente funcional a convertirse en un lugar pensado para el autocuidado. Puedes hacer grandes cambios -como sustituir la grifería por otra con un cabezal efecto lluvia- o, sencillamente, introducir unas luminarias cálidas (o velitas) para bajar la intensidad de la luz mientras te duchas o hacerte con unas toallas bien gustosas en las que envolverte cuando salgas del baño.
¡Una entrada triunfal!
¿Con qué te encuentras nada más abrir la puerta de casa? ¿Sientes el efecto “hogar dulce hogar” al entrar? Tu respuesta a esta pregunta debería ser un gran “¡sí! De lo contrario, dale una vuelta al recibidor pensando en que se trata de un espacio que debe ser funcional (es el lugar en el que localizar aquello que necesitamos para salir y en donde podemos dejar lo que ya no vamos a usar al llegar a casa) pero también acogedor y bonito.
Introducir una lamparita (o varias) de ambiente
La luz tiene el enooooorme potencial de generar sensaciones. No se trata, por tanto, de un elemento estrictamente funcional. La iluminación, bien escogida, nos permite zonificar el espacio y crear la atmósfera adecuada para aquella actividad que vayamos a realizar en cada área de la casa. Aprovechando que el 2024 va a ser el año del bienestar, hazte con una o varias lamparitas que emitan luz ambiental cálida y colócalas en aquel rinconcito que hayas destinado -¡ya desde hoy!- a relajarte y encontrarte contigo misma: te ayudarán a crear una atmósfera acogedora y serena ¡prometido!
Renovar el pequeño almacenaje de cocina…
…¡para guardar alimentos comprados a granel! Comprar a granel tiene un montón de ventajas: compras solo las cantidades que necesitas y evitas el desperdicio alimentario, puedes escoger el tipo de envase más adecuado para cada alimento y no contribuir al uso/consumo de plásticos de un solo uso. Repasa tus menús, repiensa el orden de tu despensa y hazte con los accesorios más adecuados y sostenibles. ¡Por cierto! ¡Las despensas bien ordenadas y etiquetadas son la mar de bonitas!
Buscar el aroma que habla de ti
¿A qué huele tu casa? ¿Te sientes identificada con ese aroma? Prueba con varios aromas y ambientadores en varios formatos (velas aromáticas, varillas de incienso, ambientadores de mikado o difusores de aceites esenciales) hasta que des con el tuyo. Luego, ¡pásate a la aromaterapia! Los olores también tienen una incidencia directa en nuestro estado de ánimo. Así es que en las zonas de la casa pensadas para descansar, activa el aroma, exhala profundamente disfrutando de los olores que se desprenden y exhala todas las tensiones del día. Repite el proceso cuantas veces necesites: la experiencia será muy muy placentera, ¡prometido!
Encontrar un método para mantener el orden
Este es uno de aquellos propósitos que nos hacemos casi todas año tras año: ser más ordenadas y mantener la casa siempre a punto. Para poder cumplir con este objetivo, recuerda que vivir en un espacio ordenado y limpio tiene implicaciones positivas en tu estado emocional. Por tanto, busca un método que se adecúe a tu estilo de vida y que te ayude con las tareas domésticas.
Crea un rincón de plantas aromáticas
A todas las ventajas de tener la casa llena de verde -se purifica el aire, se regula la humedad y respiramos mejor-, súmale que estas plantas tienen la capacidad de aromatizar cualquier estancia con solo regalas: ¡son un ambientador natural de lo más bonito! Además, muchas de ellas (la menta, la hierbabuena, el cilantro, el perejil…) son aptas para el consumo, por lo que sirven para condimentar nuestros platos y darles un puntito de color, aroma y textura.
A cambio, van a pedirte unos cuidados (muy) mínimos: solo es necesario que escojas para ellas una buena ubicación, el tipo de maceta más adecuado y que te asegures de que reciben la cantidad de luz solar que requieren.
Cambiar las cortinas
Para elegir las cortinas hay tres aspectos fundamentales a tener en cuenta: la orientación de la estancia y la cantidad de luz natural que entra; el tipo y medidas de la ventana o balcón para que las cortinas no molesten al abrir y cerrar; y el estilo decorativo de tu casa. Recuerda que las cortinas también te ayudan a generar sensación de frescor o calor en casa: adapta los tejidos a la época del año para favorecer las sensaciones térmicas que deseas en cada momento.
Crear un rincón para meditar
Busca un rincón en la casa, por pequeño que sea, para crear un rincón estable en el que sentarte a meditar. Es suficiente con el espacio que ocupe tu esterilla o zafu. Coloca a su alrededor aquellos elementos de los que te sirvas habitualmente para concentrarte: velas, varillas de incienso, una fotografía inspiradora o cualquier otro elemento que te ayude a conectar con tu interior.
Crea una playlist con música relajante
Abre tu app de música preferida, crea una nueva lista con el nombre que te parezca apropiado para tu casita y empieza a introducir esas canciones que te gusta escuchar cuando necesitas relajarte, cuando quieres disfrutar de una taza de té o de café calentito o mientras preparas la ducha y necesitas desconectar. Puedes compartirla con otros miembros de la familia y, de esta forma, crear un mini-proyecto juntos.