Es cierto que el salón es el lugar de la casa en el que pasamos más tiempo y, en consecuencia, tendemos a pensar que necesitamos decorarlo en modo full equip. Sin embargo, nuestro objetivo va a ser justo el contrario: introducir únicamente el mobiliario y equipamiento necesarios para que tu salón se convierta en un espacio funcional en el que ni falta ni sobra nada.
Para hacerlo así es importante que, antes de empezar a amueblar y decorar, te pares un momentito y pienses en los usos concretos que le das a la estancia y qué necesitas para que sea cómoda y funcional. Luego, solo faltará darle tu toque personal y vestirlo a tu estilo echando mano de tu creatividad y de toda la inspiración que puedes encontrar chafardeando aquí y allá por el Magazine de Livitum.
Para ayudarte a encontrar esos esenciales, ahí va un listado con las 10 cosas que no pueden faltar en un salón pequeño. Saca la “wish list” y anota todos los que se ajusten a tu manera de vivir.
Pinta todas las paredes del salón y el techo del mismo color. Y si es en blanco, aún mejor, ya que aporta luminosidad. Al hacerlo así, diluyes los límites del espacio y creas un efecto de continuidad que genera sensación de amplitud.
Si sois varias personas viviendo en casa y necesitas varios asientos en el salón, es mejor que coloques un sofá grande -rinconero o con chaise longue- a dos sofás pequeños. Si aún necesitas un asiento extra, recurre a una butaca con un diseño ligero o un puf y colócalo frente al sofá y en un rincón: te ayudará a separar visualmente el salón del comedor. Ten cuidado de no extra-dimensionar el sofá: no es necesario que quepan seis personas si en casa solo vivís dos. Revisa el listado de necesidades y ajústalo a tu vida diaria.
Ni te imaginas el enorme poder que tienen unos sencillos cojines. No son un elemento deco más: colocando varios bien mulliditos y con fundas en tejidos agradables al tacto conseguirás darle al sofá un plus de comodidad al instante. Combínalos sin miedo utilizando varios colores, estampados y formas. También puedes colocarlos directamente en el suelo: situados en la pared opuesta al sofá te ayudarán a delimitar visualmente el espacio y a reforzar la sensación de volúmen que buscamos en la zona de estar.
La tele, mejor colgada si el salón es pequeño. Si tienes poco espacio entre la pared en que vas a colocar el televisor y el respaldo del sofá (2,50 m o menos), la mejor opción es colgarlo. Con el televisor suspendido conseguirás un ambiente más despejado y una mayor sensación de orden. ¡Por cierto! Asegúrate de elegir el soporte adecuado teniendo en cuenta el peso del televisor y el tipo de pared (no necesitarás los mismos anclajes para un tabique de ladrillo que para uno de pladur).
Piensa en qué cosas necesitas guardar y tener a mano en la zona de estar y compra un mueble que se adecúe a esa necesidad y no más. Puedes colocar una librería de bambú a un lado del sofá en donde poner varios libros y otros objetos que tengan valor para ti; o quizás tienes suficiente con una balda suspendida bajo el televisor o un banco. Si te decides por el banco, conseguirás un asiento extra y un mueble versátil que puedes reubicar si tus necesidades cambian.
Es importante que todo el espacio esté iluminado de manera homogénea para que no se generen sombras: los rincones en penumbra empequeñecen visualmente el espacio. Fíjate en cómo queda el salón cuando baja la luz solar y refuerza la iluminación general del techo introduciendo varios puntos de luz dirigida: una lámpara de pie con luz indirecta, un aplique en la pared o incluso puedes colocar una lamparita de sobremesa directamente en el suelo. La luz es un recurso con el que ganar amplitud visual que, además, te permite crear la atmósfera adecuada para cada momento.
Rompe con la norma de que al sofá le acompaña siempre una mesa de centro. Si el salón es muy estrecho puedes prescindir de ella y sustituirla por dos auxiliares colocando una side table que te encante junto al sofá y otra mesita más ligera que puedas mover cómodamente y llevarla delante de los asientos o retirarla cuando no la necesites.
Opta por cortinas confeccionadas con tejidos sencillos, ligeros y vaporosos -como el algodón o el lino- y, preferiblemente, en colores neutros o tonos muy claritos que reflejen la luz. Si te apetece más colocar un estor, escoge uno tipo paqueto que, al no tener barillas, permite que la tela se pliegue de una forma más natural.
Protegen el suelo, regulan la temperatura en invierno y en verano, generan sensación de confort y te ayudan a zonificar. ¿Qué más se le puede pedir a un accesorio deco? ¡Ah! Dan estilazo al salón. ¡Im-pres-cin-di-ble!
Hazte con algunos soportes y maceteros en mimbre para colgar y ¡llena las paredes de plantas! Son bonitas, purifican el aire, aportan frescura al ambiente y al estar colgadas no ocupan espacio a nivel de suelo.
