No hace falta que re-tapices el sofá o las butacas del salón. Con una bonita funda de un color de moda será suficiente. Añádele unos cuantos cojines con los estampados de la temporada y tu viejo sofá se convertirá en el mejor embajador de tu nuevo y elegante salón.
Procura elegir un color liso, a poder ser neutro, para evitar sobrecargar la decoración. Elegante no significa opulento o recargado. El menos es más es sinónimo de elegancia.
Las plantas siempre son bienvenidas y aportarán al salón mucha vida. Si tienes un rincón en este espacio que no sabes cómo usar, es buena idea que incorpores una planta. Si es de gran tamaño y frondosa, mejor que mejor, ya que ella sola conseguirá darle un plus de sofisticación a la habitación, al tiempo que decorará y aportará naturaleza al interior.
Evita las estanterías y muebles sobrecargados. Si buscas un salón elegante debes prescindir de muchos elementos y dejar unos pocos. Los más bonitos y coherentes con la decoración. Un salón elegante es aquel que además está ordenado, por lo que lucir todos los souvenirs comprados en tus viajes, no es buena idea. Muchas cosas tienden al desorden y lo que se pretende es que el salón luzca perfecto y ordenado.
En ocasiones, no es necesario comprar cosas nuevas, sino cambiar la distribución del salón para que resulte más atractivo y elegante. Como con los objetos decorativos, es bueno prescindir de muebles superfluos que no aportan nada y que solo abarrotan el espacio. De igual forma, es buena idea arrimar los muebles a las paredes para conseguir una mayor fluidez del espacio.
También es importante buscar un centro de atención que resulte atractivo y que atraiga todas las miradas, para decorar en función de ello. Como una chimenea, el televisor o esa bonita butaca que usas como rincón de lectura.
Una forma sencilla de conseguir un salón elegante es añadiendo molduras a las paredes. Resulta un elemento muy señorial que, al tiempo, añade profundidad a las paredes. Pero su gran aliciente es que con poco dinero, se pueden conseguir resultados extraordinarios.
Puedes incorporarlas en la parte baja de la pared, a modo de arrimadero, o por la parte alta, para resaltar una de las paredes o dar prestancia a alguna obra de arte.
Resaltando una de las paredes se consiguen ambientes muy elegantes. Puedes pintarla de un color oscuro, que siempre resultará más sofisticado, o puedes añadirle un estampado llamativo a través de un papel pintado.
Si los estampados no son lo tuyo, en el mercado también hay papeles pintados lisos con textura que son una auténtica maravilla y que le aportarán al salón un toque de distinción muy logrado, gastando muy poco.
Otra forma de resaltar una pared para hacer que tu salón sea más elegante es creando una galería de arte en la pared. Puedes elegir cuadro del mismo tamaño para crear una composición líneas. O puedes añadir cuadros desde el suelo al techo, de todas las formas y tamaños.
Los espejos también aportan un toque de sofisticación a cualquier estancia. Si colocas un gran espejo sobre el sofá conseguirás un gran efecto. Además, el espejo ayuda a reflejar la luz que entra por las ventanas, con lo que aportará más iluminación al espacio y éste se verá más amplio.
La iluminación del espacio también es importante. Un salón con poca luz nunca resultará atractivo. Mientras que con demasiada luz, parecerá un campo de fútbol. La iluminación debe ser la adecuada. Para conseguirlo, lo mejor es usar diferentes puntos de luz, que aporten la iluminación necesaria en cada momento, al jugar con cada uno de ellos y combinarlos entre sí, según sea el ambiente que se quiera crear.
Para que un salón resulte elegante, primero debe estar ordenado. Así que si tus hijos juegan allí o eres un fanático de la lectura y tienes libros por doquier, lo mejor es que uses cestas donde guardar todos esos objetos que no quieres que se vean de un primer vistazo.